El pasado siete de junio de 2016 el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Quinta, emitió Fallo Electoral en contra de la señora Gobernadora de la Guajira para la fecha Oneida Rayeth Pinto Pérez, bajo el único argumento de violación al régimen de inhabilidades al momento de inscribir su candidatura de acuerdo a los argumentos esbozados por el Consejero Ponente. Es de aclarar qué; lo anteriormente indicado fue la “única premisa por la que fue interpuesta la nulidad electoral” toda vez que, en algunos sectores de la comunidad Guajira y Nacional se pudo tergiversar tal información con otros supuestos.
Pero en ocasiones anteriores otros mandatarios han sido destituidos como el señor Álvaro Cuello Blanchar (1997 – 2000), un fallo en segunda instancia por parte de la Procuraduría General de la Nación lo destituyo e inhabilitó por cinco años por irregularidades en la celebración de contratos estatales de obra, así mismo el Sr. Hernando Deluque Freyle, el máximo órgano de lo Contencioso Administrativo declaro la nulidad de su elección al encontrar que hubo fraude electoral y posteriormente la Procuraduría también lo destituyo y sanciono por mal manejo en contratos públicos, posteriormente el Sr. José Luis González Crespo también fue destituido por el mismo ente público, por violación a los principios de selección objetiva y transparencia en los procesos de licitación pública por contrato de suministros, por último el más recién y sonado caso del Sr. Juan Francisco Gómez Cerchar.
De conformidad con lo antes planteado encontramos que el territorio Guajiro ha vivido el fenómeno de la destitución del cargo de la máxima autoridad del Departamento en varias ocasiones, por inconvenientes de los ex mandatarios mencionados entre otros que se me escapan, con los órganos de control y la justicia Colombiana, mayormente por el tema de la contratación estatal y el régimen de inhabilidades e incompatibilidades. Trayendo como efectos en algunos casos elecciones atípicas, por lo tanto en esta época no será la primera vez que acudiremos al sufragio de manera especial con la finalidad de escoger un nuevo mandatario.
Es acertado afirmar que la no continuidad de un Gobernador para el tiempo que fue elegido y el paso de varias personas por tal cargo en un mismo periodo solo afectan al desarrollo del Departamento ya que mientras se resuelve la situación de un nuevo gobernante de manera atípica, el mandatario designado es directamente por orden del Presidente de la República quien por lo general no está contextualizado con la situación actual de la Región deteniendo en muchas ocasiones la ejecución de contratos claves, o priorizando políticas que no son tan necesarias.
Por lo anteriormente planteado hago un llamado respetuoso a los posibles candidatos a ocupar tal cargo, que en el momento de la planeación de su campaña y en la ejecución del mandato siempre que sean elegido, tenga muy presente los problemas de sus antecesores con la finalidad de no volver a caer en los mismo, aplicando nuevas tendencias jurídicas en muchos temas que conlleven a un buen manejo de áreas tan delicadas como lo es la contratación estatal. Y también a los habitante de la Guajira llamados a sufragar que apoyen a su candidato de preferencia tanto en la etapa previa de las elecciones como en las posteriores cuando alguno de ellos resulte victorioso acompañándolos de manera constructiva, toda vez que vigilar el poder no es sinónimo únicamente de oposición en busca de tumbar cabezas, sino también de apoyo a la gestión para que se corrijan en el momento adecuado las posibles fallas en el manejo de las políticas públicas, puesto que los únicos afectados con estos cambios frecuentes de Gobernantes de manera atípica somos todos los Guajiros que, deseamos ver progresar el Departamento.