Escrito por:
Cesar Arismendy Morales
Columna: Reflexiones
e-mail: cesaridys@hotmail.com
Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.
Las ventajas competitivas en una economía globalizada radican en factores locales. Estas dependen críticamente de la posibilidad de desarrollar y aprovechar las infraestructuras (costos de transporte y comunicación), las externalidades (capacitación de la mano de obra, concentración de proveedores y de información), las economías de escala y las capacidades tecnológicas.
La globalización ha venido determinando un escenario en torno de la competitividad y la función del Estado, la población y la empresa privada en el territorio. El maestro Sergio Boisier (Cartagena 2008) afirmaba que el Siglo XX se caracterizó por la competencia entre empresas. El siglo XXI, se está caracterizando por la competencia entre sociedades que en sus territorios crean ventajas competitivas, es decir, regiones que puedan convertirse en "nichos competitivos y modernos", en el contexto mundial, y en nichos "equitativos y participativos" en el contexto nacional.
Todo lo anterior, está asociado a la gestión de las instituciones, a la idoneidad empresarial, a la calidad de los actores políticos, a la responsabilidad y eficacia de los gobiernos, la continuidad en los planes de desarrollo, a la evolución pro activa del capital social, al grado de control que se tenga sobre los factores generadores de violencia e inseguridad, la capacidad endógena de innovación (la universidad) y con las capacidades de los sectores productivos para desarrollar una vinculación exitosa con los mercados internacionales.
Los pensadores de la economía mundial, R. Hausmann y B. Klinger y M. Porter, desde diferentes orillas conceptuales han venido pensando sobre cómo hacer más productivo el país en el contexto de la globalización. En el documento "La Transformación Productiva de Colombia: Potencialidades", los dos primeros hacen evidente que se requiere una transformación productiva para alcanzar en el mediano y largo plazo mayores tasas de crecimiento, ingresos y reducir la pobreza de la población, sofisticar y diversificar la producción nacional con altos estándares de productividad, calidad y capacidad innovatoria para la exportación.
Ellos recomiendan que la producción colombiana debe moverse hacia los bienes producidos con alta tecnología que los países desarrollados exportan (bienes de capital). Sus apreciaciones tienen unas implicaciones regionales, que involucran al departamento de La Guajira, al valorar las variables como la distancias de la frontera de calidad y el grado de sofisticación. Afirman, que el grado de sofisticación en Colombia aunque ha mejorado, aún es moderado. Desde La Guajira la minería de carbón y similares ha contribuido en la Costa Caribe a mejorar dicha variable.
Michael Porter, piensa que Colombia necesita que su economía alcance mayores niveles de productividad y recomienda que para aumentar las exportaciones, es necesario construir la competitividad sobre áreas donde se encuentren fortalezas endógenas. Concluye, que Colombia debe empezar por mejorar los productos que ya exporta, como flores, café, petróleo y gas. Así aumentará el ingreso por unidad.
Del petróleo y gas puede saltar a la industria de químicos. Desde la agricultura, crecer en logística y avanzar hacia alimentos especializados. Estos últimos componentes están altamente relacionados con lo que puede y debe ofrecer La Guajira con la puesta en funcionamiento de la represa y el distrito de riego del Ranchería. Por ello, este objetivo es fundamental para el gobierno departamental y existen todas las razones para seguir insistiendo sobre la conveniencia regional en la construcción de competitividad nacional.