Escrito por:
Cesar Arismendy Morales
Columna: Reflexiones
e-mail: cesaridys@hotmail.com
Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.
Desde hace más de cien años se conocía que por los municipios de Maicao, Albania, Hatonuevo, Barrancas y Fonseca se extendían los yacimientos carboníferos del Cerrejón.
En esa área correspondiente a la cuenca media del Ranchería, en 69.000 hectáreas se determinaron cerca de 4.000 millones de toneladas métricas, que representan el 56% del total de reservas del país. Las áreas de desarrollo minero se dividieron en Zona Norte, Centro y Sur.
En la Zona Norte la producción carbonífera inició mediante el contrato de Asociación Cerrejón Zona Norte, en donde participaron Carbocol- Intercor. La Zona Centro, fue explotada por Carbocol, que por las dificultades económicas y las complejidades encontradas en el proceso productivo, la transfirió mediante concesión al Consorcio Domi- Prodeco - Auxini. Después de varios años, Prodeco asumió su desarrollo minero y productivo.
Al iniciar la década de los años noventa, se abrió un nuevo frente minero liderado por Carbones del Caribe y Ecocarbón en el contorno rural de Oreganal, Municipio de Barrancas. En 1995 estas empresas fueron reemplazadas por la Oreganal S.A y el pueblo que le daba el nombre a la compañía fue reasentado entre Barrancas y Hatonuevo.
Al final de los años noventa se da una reestructuración productiva en el sector. El acuerdo de explotación con el gobierno nacional que era hasta el 2008 se extendió hasta el 2034. Eso generó diversas operaciones comerciales que se concretaron con la venta del 50% que Carbocol mantenía en la Asociación Conjunta al Consorcio Carbones del Cerrejón S.A., integrada por la compañías subsidiarias de BHP Billiton plc, Anglo American plc y Glencore International AG. En febrero de 2002 este consorcio adquirió el 50% de Intercor, convirtiéndose en operador único de la Zona Norte, fortalecido aún más con la adjudicación de parte de las áreas mineras de Patilla.
Lo que sucedió en el Zona Norte es resultado de lo que pasó en la Zona Centro. Todo inició en 1995 cuando Glencore adquiere a Prodeco, creando Carbones del Cerrejón S.A. y atrayendo a la firma Anglo American en 1997. Esta sumó el yacimiento Oreganal que los dueños vendieron en 1999. En 2000 BHP Billiton llegó a Carbones convirtiéndose en el tercer asociado extranjero consolidando sus activos y permitiendo la compra de las acciones a la estatal Carbocol S.A., en ese mismo año. Después Carbones del Cerrejón S.A se tragó todo lo que había en su entorno.
En noviembre de 2002 se formaliza la fusión entre Intercor y Carbones del Cerrejón S.A; se cambió la razón social por Carbones del Cerrejón LLC, quedando así concentrada toda la producción minera en esta firma. La mas reciente modificación a la estructura está relacionada con la venta de las acciones de Glencore a Xstrata plc, quien actualmente actúa como socio de Carbones del Cerrejón LLC.
El carbón en La Guajira es la historia de un holding en donde una compañía busca controlar las actividades de otras mediante la propiedad de todas, o de una parte significativa de sus acciones, buscando beneficios fiscales y tributarios. Hoy solo quedan por fuera de este las explotaciones de baja escala que realiza la firma Carbones Colombianos del Cerrejón, localizada en cercanía de la población de Patilla (Municipio de Barrancas). Será el próximo objetivo?.