La falta de agua en la Guajira no es un problema nuevo o reciente que genere desconcierto para las personas que habitan en dicho Departamento o que lo habitaron en algún momento, este es un problema que lleva décadas.
Por no decir que prácticamente toda una vida, tanto es que muchas personas criadas en esta tierra crecieron padeciendo la falta del vital líquido, para el consumo humano, para la preparación de alimentos y sobre todo para la higiene personal, viviendo experiencias como tener que esperar que pase un carro tanque (vehículo que suministra agua) a temprana hora de la mañana cada día, o acudir a pozos de agua salada comunitarios con la intención de poder bañarse para ir a cumplir con sus jornadas laborales, académicas entre otras actividades mas.
En estas semanas recientes ha sido notorio el fenómeno climático que atraviesa el País donde en muchas zonas las lluvias desbordan los ríos, provocan tragedias en los cascos urbanos, mientras en otros Departamentos la sequía está haciendo estragos, y la Guajira no es ajena a este fenómeno, ya se evidencia las consecuencias de la falta de lluvia en esta región, principalmente en los Municipios de Manaure, Uribia y sus áreas rurales, todo el norte de esta península, el ecosistema junto con sus habitantes son los principales afectados, los jagüeyes secándose como lo han registrado los medios de comunicación nacionales y locales, igualmente en los demás Municipios sus pobladores también sufren estas adversidades de una manera menos compleja pero aun así muy delicada, pero esta no es una problemática nueva o que se ocasione de manera fortuita, todos los años vivimos tal padecimiento, en los meses donde no llegan las precipitaciones de partículas liquidas se activan las alertas tempranas de los entes locales, la movilización de ayudas que vienen de otras Ciudades o Naciones, como iniciativas públicas y privadas, que cabe resaltar no arreglan el problema solo lo mitigan temporalmente.
Ahora bien, siempre en la época de carencia de lluvias es cuando todos comienzan a preocuparse por tal problemática, inician las prácticas de medidas de prevención y se toma conciencia ciudadana temporal, pero alguna vez se han puesto a pensar que pasa en nuestro Departamento, más exactamente con los ciudadanos en los meses en que el fenómeno atmosférico hace presencia, se olvidan que vivimos en una ubicación geográfica que disminuye la probabilidad de tener un suministro constante de agua en cada una de las casas, y se ocasionan malas prácticas diarias en la mayoría de los hogares guajiros generando un derroche del líquido, por eso es el momento de hacer un llamado a la reflexión a todos respecto al cuidado del agua, inculcar a los más pequeños desde su formación las buenas practicas del uso y cuidado del preciado líquido no solamente en la crianza padres e hijos, también en los colegios a través de los que ejercen la valiosa profesión de la docencia quienes tienen el deber de preparar académicamente a muchos niños que apenas se están formando, y respecto a los más adultos que han agotado la etapa de la niñez es el momento de vivir constantemente en la aplicación de la cultura de las buenas practicas del uso del agua, tanto en los tiempos de sequías como de lluvias, vivir prevenidos para afrontar las temporadas secas y no sufrir las consecuencias cada año como ha venido sucediendo históricamente.
Por último, irónicamente el Departamento de La Guajira en sus características hidrológicas cuenta con pozos acuíferos y lagunas (jagüeyes), ríos que recorren algunos trayectos en el territorio y arroyos, en donde el caudal de todos depende de la temporada de lluvia, pero se hace necesario mencionar que, si bien el Estado y los Gobiernos locales deben garantizar el cuidado de estas fuentes hidrológicas junto con el suministro del agua a los habitantes, estos últimos también son parte esencial de la solución y deben tomar las medidas de protección en conjunto con las de prevención para la conservación de estas fuentes que nos generan el vital líquido necesario para todos y que nos ayudarían en las temporadas de sequía.