Increíble, histórica, irrepetible. Una serie enloquecida terminó con una remontada heroica que se se consumó con un gol agónico de Sergi Roberto. Cavanni silenció el Camp Nou, pero el Barcelona forjó tres anotaciones en siete minutos y selló el 6 a 1 para la historia.
La noche de épica en Barcelona sufrió un doblez que parecía desilusión. El equipo de Luis Enrique, a fuerza de ímpetu y corazón, que no tanto de fútbol, sometió a un PSG en zona de confort y que sufrió, sufrió en demasía pese al resultado holgado en Paris.
Y es que fue una noche de fe rota. A los dos minutos, el Barcelona comenzó el camino hacia la remontada. En un entrevero en el área, a tumbos, Suárez logró cabecear una pelota a la salida de Trapp. Ese gol, un escenario ideal para que el equipo azulgrana tomara impulso y se acercara a su objetivo.
El PSG se vio sometido ante la urgencia del Barcelona y su postura conservadora parecía autodestructivo. El equipo culé no entregó concesiones y le prohibió cualquier contacto con la pelota. Sin embargo, pese a su dominio, al conjunto comandado por Messi, Suárez y Neymar, le costó avanzar hacia al área. No halló nunca circuitos de juego y siempre arribó con ataques forzados ante una maraña consistente del cuadro francés.
Sobre el final del primer capítulo, otro gol accidentado nutrió de esperanza al Camp Nou. Iniesta pisó el área ante una pared imprecisa de Suárez, pero ganó en bríos y superó Marquinhos. El manchego forzó la jugada y la pelota pegó en Kurzawa embocó la pelota en propia portería.
Todo parecía despejado para la noche épica. No sólo por el resultado. Sino por lo anímico. El PSG se veía abúlico y el Barcelona, aún sin brillo, arrollaba en el Camp Nou. Messi encarriló la remontada de penal. Pero el cuadro parisino halló un golpe que se antojaba decisivo. Edinson Cavani aprovechó una opción de pelota quieta y arribó para acallar a todo el pueblo azulgrana.
Anestesia, reacción y una remontada para la historia
Ese gol del PSG quebró al Barcelona. Pero en un contexto adverso, el equipo azulgrana halló más acicates para la fe. No hubo rendición y Neymar dio vida con un cobro de tiro libre impecable. Ello sucedió antes de que Di María desperdició de manera increíble el tanto que habría sido lapidario.
Demasiada ventaja para el equipo culé. Y en segundos Neymar colmó de entusiasmo en el Camp Nou tras anotar de penal. Ya con todos los arrestos, Sergi Roberto llegó al área para empujar con el alma un centro del brasileño. El Barcelona forjó una gesta de épica, en una noche memorable para el fútbol.