Brasil lleva una goleada histórica de Alemania por 7-1 en la semifinal de la Copa del Mundo y se convierte en blanco de burlas. Días después, en Brasilia, pierde el partido por el tercer lugar ante Holanda por 3-0 y finalizó la pesadilla Canarinha.
Hoy a la 1:00 p.m., la selección comandada por Tite hace su debut en Rusia 2018 contra Suiza siendo ampliamente favorito y habiendo retomado respeto a nivel internacional principalmente por su desempeño en los últimos meses.
Neymar, una vez más gran estrella de la actual plantilla, regresó a los terrenos de juego tres meses después de fracturarse el pie derecho y marcó dos goles, uno en cada partido de preparación (Croacia y Austria), para mostrar que está de vuelta y en buen ritmo.
Durante los últimos cuatro años, la selección brasileña logró cavar aún más profundo su agujero y ser blanco de muchas críticas con el retorno de Dunga a la dirección técnica, que no pudo evitar ser eliminado de manera consecutiva en la Copa América del 2015 (cuartos de final) y 2016 (Fase de grupos) así como un mal desempeño en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Rusia.
Dunga fue despedido tras la eliminación en la Copa América Centenario, y la oportunidad reapareció para Tite.
El entonces técnico del Corinthians creyó que el sueño de asumir la selección había quedado atrás, admitiendo su decepción por no haber sido llamado después del Mundial del 2014.
Pero ha sido bajo su mando que Brasil ha recuperado el respeto dentro y fuera de campo y se convirtió en la primera selección, sin contar a la escuadra anfitriona, en asegurar su lugar en la Copa del Mundo 2018 con gran autoridad.