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Vie, Abr

Obispo colombiano denuncia que olvido estatal y violencia asfixian a Tumaco

Nacional
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 El obispo de Tumaco, Orlando Olave Villanova, considera que ese municipio del suroeste de Colombia y fronterizo con Ecuador, está asfixiado entre el olvido estatal y el recrudecimiento de la violencia de grupos armados ilegales.

 

Olave manifestó en una entrevista a Efe que la situación en esa urbe portuaria del Pacífico y una de las más pobres del país está tan deteriorada que incluso muchos de sus más de 200.000 habitantes echan de menos los tiempos en que la zona era dominada por la guerrilla de las Farc.

"Hace 25 años llegó la violencia y llevamos 25 años en violencia, esta realidad de la frontera es fruto de la falta de institucionalidad, de la falta de Estado, hasta el punto que la gente dice que 'estábamos mejor con la FARC', eso demuestra la ausencia de institucionalidad en el territorio", aseguró Olave.

Entre los males que aquejan a los habitantes de esa ciudad del departamento de Nariño están la inseguridad, la violencia, la falta de vías, el desempleo, la baja calidad de la educación y el deficitario acceso a los combustibles, la energía y otros servicios públicos.

Todos estos problemas no hacen sino agravar la pobreza crónica de la gente, lo que al mismo tiempo favorece el crecimiento del narcotráfico en esa localidad que tiene 23.000 hectáreas sembradas de coca, la mayor extensión de todos los municipios del país.

En ese aspecto el prelado afirmó que la mayoría de los tumaqueños quieren dejar de sembrar coca, pero no tienen otra alternativa de sustento. "Los pobladores no tienen otros caminos", lamenta.
A modo de ejemplo, Olave explica que por un kilo de cacao a los campesinos les pagan solo 5.000 pesos (unos 1,7 dólares) y deben sacar el producto por ríos, lo cual aumenta los costos de producción, mientras que por la hoja de coca reciben mucho más y se las compran en el mismo lugar donde la siembran.

El resurgimiento de la violencia guerrillera un año después de la firma de paz con las Farc es otro fenómeno que impide que los tumaqueños lleven una vida normal pues los constantes ataques de una disidencia que se hace llamar "Frente Oliver Sinisterra" han dejado a la ciudad sin electricidad varias veces este año.

Por si fuera poco, Tumaco, a pesar de ser el segundo puerto del país sobre el Pacífico, tiene un elevado índice de desempleo que, según el prelado, llega al 60 %; la distribución de combustible es controlada por mafias, el servicio de salud es precario, la corrupción es endémica y el programa gubernamental de sustitución de sustitución de cultivos ilícitos avanza muy lento.



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