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Vie, May

Dos años del atroz crimen de Yuliana Samboní

Nacional
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La mañana del 4 de diciembre de 2016 sucedió uno de los hechos más escabrosos y lamentables contra la niñez, que se volvió uno de los casos judiciales más vergonzosos para el país luego de que Yuliana Samboní, de solo 7 años, fuera secuestrada por Rafael Uribe Noguera, miembro de una prestigiosa y adinerada familia.

 

Ese domingo, la niña jugaba con su primo frente a su casa en un barrio popular de Bogotá. Uribe Noguera llegó hasta el lugar y tras intercambiar algunas palabras con la menor la tomó por un brazo y la obligó a subir a su camioneta.

Ahí empezó un entramado policial pues el hecho fue denunciado ante las autoridades quienes empezaron las investigaciones a través de cámaras de seguridad que captaron el vehículo en el cual fue raptada la menor. Esto los llevó hasta un apartamento del edificio Equus 66, ubicado en un exclusivo sector del norte de la capital.

Pero lo que encontraron fue aberrante y dantesco: una menor muerta, con signos de tortura, que coincidía con la descripción de la niña reportada como desaparecida, horas antes.

Gracias a las grabaciones de varias cámaras de seguridad la Fiscalía pudo determinar que el conductor de la camioneta donde había sido raptada Yuliana era el mismo propietario del pent-house donde se cometió el crimen, un arquitecto de una prestante familia bogotana, Rafael Uribe Noguera, de 38 años de edad.

Tras unir todas las piezas del rompecabezas, las autoridades reconstruyeron la ruta de Uribe Noguera junto a la pequeña Yuliana, que inició a las 09:20 de la mañana en el barrio Bosque Calderón, luego hizo una parada en uno de los apartamentos propiedad del arquitecto y concluyó en el edificio Equus 66, donde se cometió el brutal crimen.

El 6 de diciembre de ese año un juez ordenó la detención de Uribe Noguera en la clínica Navarra, a donde había sido llevado por sus hermanos, al parecer, para desviar la investigación.

Al día siguiente fue trasladado hacia el complejo judicial de Paloquemao y tuvo que ser custodiado por hombres del Esmad para evitar que fuera linchado.

Rafael Uribe Noguera fue condenado a 58 años de prisión, pena que hoy cumple en la cárcel de máxima seguridad de Valledupar.

Tras el atroz crimen, los padres de Yuliana se trasladaron a una vereda apartada en el departamento del Cauca y allí, junto a sus otros dos hijos, siguen su vida en medio de la pobreza y los recuerdos.



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