Las relaciones entre EEUU y Rusia vuelven a tensarse tras el ataque con misiles ordenado por Donald Trump a una base siria, decisión que fue condenada por Vladimir Putin.
Una fragata rusa armada con misiles crucero se dirigía ayer al Mediterráneo en una aparente muestra de fuerza después del primer ataque militar directo de Estados Unidos contra el régimen sirio.
Los medios estatales rusos reportaron que la fragata "Almirante Grigorovich" se dirigía a una base logística en Tartus, Siria. Rusia también se comprometió a reforzar las defensas aéreas de Siria luego del ataque estadounidense a la base de Shayrat en el oeste del país.
El viernes por la noche, la Casa Blanca rehusó decir si el ataque era una acción única o parte de una nueva estrategia designada para maniatar la capacidad militar del presidente de Siria, Bashar al-Assad. Tampoco dijo si Estados Unidos piensa que Assad dimitiría tras el ataque químico contra la ciudad de Khan Sheikhoun, que dejó al menos 80 personas muertas y docenas de heridas el martes.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, dijo que estaba "decepcionado" pero "no sorprendido" por la condena rusa al ataque estadounidense, el cual calificó como una violación de la ley internacional.
La agencia estatal rusa TASS dijo que la fragata se dirigía a Siria luego de reabastecerse en el puerto de Novorossi en el Mar Negro. Citando una fuente diplomática-militar no identificada, TASS dijo que la presencia continua del barco dependería de los movimientos en la región pero que esperaba que se mantuviera en aguas sirias al menos durante un mes.
Adiós a la luna de miel
Cuando Donald Trump ganó la presidencia de Estados Unidos, Washington y Moscú parecían enfilarse hacia su mejor relación en décadas. Pero ya no.
Las naciones, antiguas adversarias de la Guerra Fría, han caído de nuevo en una espiral de confrontación debido al reciente ataque de Estados Unidos contra una base militar del presidente sirio Bashar al-Assad, un protegido de Rusia.
Ya sin el optimismo de una "recomposición" de las relaciones, Estados Unidos y Rusia se dieron con todo el viernes e intercambiaron fuertes acusaciones sobre qué país violaba el derecho internacional.
Trump por un lado defendió su decisión responsabilizando al gobierno sirio del ataque químico contra civiles. Por el otro Putin condenó el hecho protagonizado por EEUU.