A menos de 300 metros se encuentra la comunidad indígena Wayúu de ‘La Guajirita’, del casco urbano del corregimiento de Matitas, a pesar de esa cercanía sus más 30 familias no cuentan con servicios públicos e incluso deben realizar sus necesidades fisiológicas a cielo abierto.
A parte de ello, viven en condiciones infrahumanas y hacinados en viviendas de paredes de barro y techo de zinc con una sola habitación donde conviven en promedio cinco personas, sin los espacios necesarios para la protección y desarrollo integral de los menores, soportando temperaturas superiores a los 35 grados centígrados.
Para su líder Luis Pirela Pimienta, es realmente que solo a unos metros los habitantes de Matitas corregimiento del Distrito de Riohacha, cuente con servicio de alcantarillado, acueducto y ellos deban recibir el servicio de agua solo una vez por semana, además, sus niños y niñas deban verse expuestos a peligros, ya que deben hacer sus necesidades en medio de la vegetación.
“Tenemos la luz porque nos hemos conectados a la línea principal, no nos han puesto un transformador y los postes de sostenimiento para los cables, son los que nosotros logramos podido improvisar”, manifestó Yuselis Campo Aguilar, residente de ‘La Guajirita’.
El único beneficio por estar tan cerca de Matitas, es que gracias a ello, sus niños, niñas y adolescentes pueden educarse en las dos instituciones educativas que existen hoy día, sin embargo, no están recibiendo alimentación escolar, la cual, es fundamental en el proceso de aprendizaje.
Y es que los habitantes de esta comunidad indígena Wayúu, en su mayoría son desempleados que viven del ‘rebusque’ diario; un día como jornalero en alguna finca o en su defecto en las bananeras que muchas veces, según declaraciones de los mismos habitantes, le quieren pagar con algunas manos de plátanos.