Culminado el tercer periodo del Concejo de Riohacha, deja una sensación que no hubo ninguna iniciativa ni de parte del ejecutivo distrital, como tampoco de los 12 concejales que hoy conforman el ayuntamiento local. Es decir, pasaron en blanco.
Estos 18 días de sesiones le costaron al Distrito 38 millones 900 mil 88 pesos y los coadministradores se la pasaron haciendo informes de comisión y proposiciones.
Durante este lapso no hubo debate, que es el segmento del cabildo que anima a las barras y es la oportunidad de escuchar a los concejales, con su léxico y además de sus diferentes puntos de vista.
Solo se denotaron unos chispazos de los concejales Iler Acosta Mejía y Olimpo Núñez De Armas; quienes trataron de realizar debates de control político, tendiente a conseguir beneficios para la comunidad.
Acosta Mejía trató de traer al recinto a la empresa de alumbrado púbico, a través de su representante legal del consorcio American Light, Juan Carlos Sánchez Donado y no fue posible. Aseguró que para noviembre se hará.
Por su parte, Núñez De Armas trató de acompañar a los propietarios de establecimientos del sector de la Calle del Crimen y tampoco fue posible.
Por otro lado, en el marco de la clausura, el presidente de la Corporación, Aloima Miranda Arregocés dijo sentirse feliz por el avance que lleva el proceso de paz, pero se pronunció vehemente y rechazó los desórdenes, aptos vandálicos y excesos de parte de los motociclistas, quienes causaron pánico en varios sectores de la ciudad.
Seguidamente, se dirigió a los presentes el secretario de Obras e Infraestructura en calidad de alcalde encargado, Miguel Francisco Pitre Ruiz, quien también rechazó el comportamiento de los motociclistas y condenó las presuntas amenazas de las que han sido objetos dos concejales.