Daris es una pobladora de Camarones que un día se creyó muy afortunada porque frente a su casa le iban a hacer un acueducto e iba a tener agua potable durante las 24 horas de cada día.
El proyecto se puso en marcha con el contrato 033 del año 2013, suscrito por la Alcaldía de Riohacha con el consorcio Aguas de mi Pueblo. Tres años después las promesas no se han cumplido y, en cambio, deben consumir agua que cargan en burros, pues la que llega por las redes puede resultar peligrosa.
Como ella, unos 2.000 habitantes del corregimiento están expuestos a enfermedades y sufren por falta del vital líquido, mientras las instalaciones del acueducto hoy son un simple elefante blanco. Camarones está ubicado a solo 17 kilómetros de Riohacha, ciudad desde donde prometieron un pozo de 273 metros de profundidad, tanques d almacenamiento, redes, conexiones domiciliarias y sistemas de bombeo que si hicieron, no sirvieron para nada
El contrato inicial se firmó por 10.000 millones de pesos, luego se adicionaron 5.000 millones, posteriormente se otorgaron más recursos y la obra ya va en casi 20.000 millones de pesos que están prácticamente perdidos, según insisten los vecinos.