En este espacio territorial de capacitación y reincorporación, Etcr, en La Guajira, permanecen 222 integrantes de la exguerrilla que, pese a la zozobra e incertidumbre que viven por estos días, siguen teniendo fe en un tránsito sostenible hacia la vida civil.
La incertidumbre es común y exacerbada entre los exguerrilleros de base y de comandancia que creyeron en este proceso, pero este sentimiento no es nuevo. Ha sido una constante desde que dejaron las armas y se encontraron con una respuesta estatal débil, tanto para ocupar los territorios que ellos desocuparon como para garantizar la implementación del Acuerdo de Paz y su ruta a la vida civil.
Al menos eso cree Abelardo Caicedo, conocido en la guerra como el comandante Solís Almeida, que operó con el frente 19 en los alrededores de la Sierra Nevada de Santa Marta. Caicedo, a cargo del espacio de reincorporación de Tierra Grata, en La Paz (Cesar), fue miembro del Estado Mayor de las Farc y sostiene que, aunque “están bien”, también están “preocupados por lo que ha pasado”.
“Lo sucedido con Jesús Santrich no ha dado garantías. (…) En mi caso, yo no critico esas cosas porque tenemos diferentes formas de pensar y actuar, y ante el temor de la extradición algunos han decidido dejar los espacios”, comentó en diálogo con Colombia 2020.