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Jue, May

Seguimos igual

Editorial
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Mientras que el gobierno nacional sigue en derroche de dinero y creando amas burocracia, miles de docentes de Colombia se siguen tomando las calles de las principales ciudades en jornadas de protesta masivas en casi un mes de un paro que afecta a ocho millones de estudiantes para pedir al gobierno mejoras de salario y beneficios de salud.

El descontento de los maestros viene desde el 28 de febrero, fecha en la que Fecode convocó a los docentes a una jornada de movilización nacional y radicó un pliego de peticiones ante el Ministerio de Educación que contempla 30 puntos divididos en siete ejes: política educativa, carrera docente, económico, bienestar, salud, prestacional e institucional; en ese orden el 9 de marzo, el Ministerio y Fecode instalaron una mesa de negociaciones para discutir las exigencias de los maestros y se acordaron 11 puntos de los 30 incluidos en el pliego.

Durante, inclusive, antes del paro el gobierno nacional ha dicho que no cuenta con los recur5sos necesarios para enfrentar esta problemática, a pesar que se ha visto como siguen con el derroche y la mermelada en las altas esferas. El punto económico fue el elemento que desencadenó la retirada de Fecode de la mesa de diálogo el 8 de mayo.

En las capitales del país, los maestros hacen marchas a primera hora de la mañana en diferentes lugares para concentrarse en la Plaza de Bolívar, centro de concentración en la denominada “Toma de Bogotá” o en las plazas principales de cada ciudad, apoyados por estudiantes y las centrales obreras. Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos hizo una declaración desde la casa presidencial e instó a los maestros a que las marchas se desarrollen pacíficamente, pero no dijo nada de una pronta solución, a pesar que el tema educativo fue uno de los pilares de su campaña de reelección, con el tema ‘Colombia la más educada’.
Mientras los diálogos vienen y van; los padres de familias se desesperan y ya hasta las pruebas Saber 11 que estaban programadas para el 13 de agosto tuvieron que ser suspendidas por el largo periodo de receso educativo en donde los docentes piden mejoras económicas para ellos y para la educación en general.

De otro lado, aun está por definir cómo será la entrada a clases después de levantar el paro; este tema aún no se ha discutido. El Ministerio espera llegar a un acuerdo antes de las vacaciones de los colegios oficiales, a mediados de este mes. Se ha pensado en repetir lo ocurrido en años anteriores, como fue en el 2015: reducir el tiempo de vacaciones de mitad de año.


Teniendo en cuenta que el promedio de vacaciones es de tres semanas, según decida cada Secretaría de Educación, y que ya se han perdido 16 días de clases, prácticamente no habría días de descanso. La decisión final está en manos del Gobierno, pues los entes territoriales no pueden modificar el calendario.
Mientras tanto los más perjudicados son los estudiantes, 8 millones, que por ahora esperan con ansia que termine el receso y se pueda volver a clases; pero, esto no será factible mientras Fecode no de la orden y no se llegue a acuerdo claro, concreto y sin engaños con el gobierno para que se mejore la calidad de vida de más de 340.000 educadores y las condiciones en que estos dictan clases. El gobierno tiene la palabra.


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