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Mié, May

La dejación de armas

Editorial
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Los colombianos que creen en una paz segura y duradera están un poco más tranquilos ahora, después que la Organización de Naciones Unidas aseguró que tiene en su poder las 7.132 armas individuales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc, lo que prácticamente completa todo el arsenal registrado por la guerrilla tras la firma de un acuerdo de paz.

Ayer martes las ceremonias simbólicas de entrega de armas se cumplieron como parte del proceso y del protocolo. Los rebeldes mantendrán algunas pistolas y fusiles para mantener la seguridad en sus zonas de desarme hasta el próximo 1 de agosto, cuando iniciará la transición de unos 7.000 guerrilleros hacia una formación política. El organismo internacional, que verifica el proceso de dejación de armas de la guerrilla más antigua de América Latina, ya ha extraído y destruido armamento, municiones, explosivos y armamento inestable de 77 depósitos camuflados en la selva.
El presidentes Santos, con una aceptación del 17%, ha hecho gala de su buen humor y talante y en sus redes sociales expresaba su alegría por la dejación de armas que, según él, representa el inicio de una nueva Colombia que avanza hacia la paz.
En tres fases a lo largo del mes de junio, Naciones Unidas ha ido almacenando las pistolas y fusiles de los guerrilleros concentrados en 26 zonas de todo el país, aunque el armamento pesado se encuentra almacenado en unas 900 zonas remotas a las que los supervisores accederán paulatinamente.
El gobierno colombiano, la Onu y las Farc cumplieron con el acto simbólico de dejación de armas en el área de Mesetas, en el departamento del Meta, centro de Colombia, casi un mes después de la fecha límite acordada entre el gobierno y la guerrilla en un pacto firmado a finales del año pasado para acabar con más de medio siglo de enfrentamiento armado.
Pese a la sucesión de fechas históricas para Colombia en el último año, rebeldes y gobierno llevan meses de litigios por los retrasos en el cumplimiento del calendario pactado. Las Farc eran reticentes a finalizar la dejación de armas antes de que todos sus presos estuvieran en las zonas de desarme, pero todavía quedan entre rejas unos 2.700 rebeldes.
Los diálogos y negociaciones de paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia también conocidos como proceso de paz en Colombia, fueron las conversaciones que se llevaron a cabo entre el Gobierno de Colombia (en representación del Estado) y la guerrilla de las Farc. Estos diálogos tuvieron lugar en Oslo y en La Habana y tuvieron como resultado la firma del Acuerdo para la Terminación Definitiva del Conflicto en Bogotá el 24 de noviembre de 2016. La firma del acuerdo de paz estuvo antecedida por los diálogos que tuvieron lugar en Oslo y en La Habana. El primer acuerdo de Paz, firmado en Cartagena, según la ley debía refrendarse en un plebiscito en el que los ciudadanos debían votar “Sí” o “No” al Acuerdo. El resultado final fue una victoria para el «No». El resultado del plebiscito obligó al Gobierno a renegociar el acuerdo tomando en consideración las objeciones de los opositores del acuerdo, a la vez que creó incertidumbre sobre la aplicación legal de los acuerdos. Tras un periodo de negociación con los promotores del No, el gobierno y las Farc acordaron un nuevo texto para el acuerdo de paz el cual se firmó el 24 de noviembre en el Teatro Colón de Bogotá. Este nuevo acuerdo fue ratificado por el Senado de Colombia y la Cámara de Representantes, el 29 y 30 de noviembre.
El 1 de agosto, Naciones Unidas retirará las pistolas y fusiles restantes de los campamentos, que dejarán de existir como zonas de desarme para convertirse en localidades donde los guerrilleros realizarán proyectos productivos y cooperativas agrícolas.


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