Navidad es el encuentro con Jesús que se hace niño en un humilde pesebre. La natividad representa el amor de Dios que se hizo hombre para compartir la condición humana.
El Papa Francisco concibe la navidad con esta óptica: “el nacimiento de Jesús, entonces, nos muestra que Dios ha querido unirse a todos los hombres y mujeres, a cada uno de nosotros, para comunicarnos su vida y su alegría”.
Así como el niño Jesús nace en el pesebre el 24 de diciembre, así también la navidad es momento propicio para recibir a Dios en los corazones luego de preparar nueve días esa llegada.
El nacimiento es un momento de renovación, es la renovación de la promesa que hizo Dios cuando envió su hijo al mundo para entregar un mandamiento nuevo que prevalece por encima de la ley antigua, este mandamiento es el amor.
La alegría y la magia de la navidad proceden de la cercanía de Dios al hombre. Dice el Papa “Aquí está la buena noticia de la Navidad: la luz divina que llenó los corazones de la Virgen María y de San José, y guió los pasos de los pastores y los magos, brilla para nosotros hoy”.
La navidad merece recuperar el sentido católico, el Papa Francisco en su segunda navidad como pontífice envió un mensaje a los fieles:
"Que la Santa Navidad no sea nunca una fiesta del consumismo comercial, de la apariencia, de los regalos inútiles, o del desperdicio superfluo. Si no que sea una fiesta de la alegría, de acoger al Señor en el pesebre y en el corazón”.
