El comienzo de un nuevo año representa la oportunidad de aprender de los errores para no repetirlos. Son 365 días para empezar de nuevo, plantearse deseos y vivir de una mejor manera.
Cerrar ciclos
Es necesario ponerle punto final a historias que no permiten continuar construyendo. Rememorar o tener nostalgia por el pasado no representa un riesgo, pero recurrir a reminiscencias para vivir el presente o aspirar al futuro enclaustra al individuo en un mismo patrón de conducta que no le permite avanzar.
Cerrar ciclos evita momentos de depresión, que usualmente son sentimientos de melancolía por las cosas pasadas que están en el presente y la incertidumbre hacia un futuro. Hay que identificar qué es lo que no nos hace felices.
Trazar metas alcanzables
Bajar de peso, viajar o conseguir dinero son algunos de los propósitos que florecen a principio de año. Usualmente la motivación de cumplir esos proyectos se reduce si pasados los primeros meses no se han alcanzado.
Para evitar la frustración y el desánimo hay que sentar cabeza antes de plantear los objetivos, asimismo hay que enfocarse en el proceso para llegar a la meta, pues el resultado es el reflejo del continuo actuar.
Programar bien el tiempo
Más allá del éxito en las finanzas y la dedicación al trabajo, es conveniente tener una programación del tiempo, ya que esta puede garantizar el buen desempeño de las relaciones sociales, familiares y laborales.
El ordenar la vida es esencial para que todo lo que tengamos visualizado se cumpla. El tiempo debe alcanzarnos para todo.
Respetar los límites
Es muy común que las personas trasladen sus quehaceres laborales a la casa, pero hacerlo no es conveniente. Por esa razón hay que crear límites en el espacio, con el fin de optimizar el tiempo de trabajo y llegar al hogar a descansar, compartir con los seres queridos o realizar actividades para el goce.
Encontrarse con uno mismo
No se trata de egoísmo o de permanecer solo. Sin embargo, la rutina del día a día a veces nos enajena y no nos proporciona momentos de reencuentro con nuestro ser. Corresponderse a sí mismo ayuda a hacerlo con los demás.
Por eso debemos aprender a reflexionar sobre lo que somos. Seguramente en el autodescubrimiento están las respuestas a muchos de nuestros problemas .