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Jue, May

En defensa de los Honorables Congresistas

Columnas de Opinión
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Escrito por:

María Padilla Berrío

María Padilla Berrío

Columna: Opinión

e-mail: majipabe@hotmail.com

Twitter: @MaJiPaBe

Estudió economía en la Universidad Nacional de Colombia y actualmente se encuentra terminando sus estudios de Derecho en la Universidad de Antioquia. Nacida en Riohacha, radicada en Medellín. Ha realizado varias investigaciones académicas con la Universidad Nacional y se ha desempeñado como ponente en diversos eventos académicos a nivel nacional e internacional. En la actualidad es dependiente judicial y dirige el cine club de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia.



Por estos días, cuando más de medio mundo se queja de que no hay perspectiva, el futuro es incierto y el trabajo está duro, aparte de la "cultura E", la del emprendimiento, que algunos gobiernos venden como pan caliente en cualquier esquina, llegó como caída del cielo la noticia de la incapacidad de los congresistas, bueno, la incapacidad médica que muchos presentan, la mental no la pienso discutir, por simple respeto con esos temas no me meto, además que me da pesar burlarme de esas cosas.

Cuando algunos insinuaron que había congresistas que compraban las incapacidades médicas, pensé que podría ser buen negocio montar un local comercial donde se vendieran incapacidades, aunque tengo entendido que ya existen muchos, pero igual, se podría empezar por hacer un portafolio de servicios y enviarles al Congreso ofertas del tipo, no sé, por cada diez incapacidades médicas en un mes les encimamos unos voticos, quizás eso los incentive, porque es que con esa persecución que les han hecho por la miseria de sueldo que se ganan me da hasta pesar.

Pero entonces recordé cuando me dijeron que ellos portaban el calificativo de "Honorables", en razón de su cargo y, leyendo sobre el escándalo cambié de opinión, pensé que todos eran unos desconsiderados, cómo era eso de que estaban poniendo en duda la honestidad de nuestros Honorables Congresistas, esos sabios y eruditos legisladores que buscan, a toda costa, hacer valer la consigna que les dejó Santander: "Colombianos, las armas os han dado la independencia, pero solo las leyes os darán la libertad". Es insólito que duden de tan dignas personalidades, están enfermitos, ¡créanles!

¿Acaso creen que lidiar con un país tan complejo es simple? Es que criticar es muy fácil, hay que ser muy desagradecidos para calumniar a esos pobres que se rasgan las vestiduras y ponen el pecho por nosotros, se la juegan en nombre de la patria y luego resultan siendo víctimas de su buena fe. Primero les coartan su derecho a la libertad diciéndole que no pueden tener determinados amiguitos, que porque eran compinches de Mancuso, Jorge 40 y demás ya salieron a criticarlos. Después salen a hacerles el feo porque resulta que, haciendo pleno uso de su libertad de filiación política, no pueden cambiar de partido cada mes y medio. Que porque el uno es del Partido Verde y después de la U, y después del Polo y que quiere terminar con la UP, ya es malo.

Ahora, si salen y cabecean en medio de plenarias ya es malo, que dizque van es a dormir cuando los pobres están es cansados de trabajar tan duro por el bien de una patria tan desagradecida. Pero nadie lo ve, nadie se fija en las dificultades que tiene este excluido y discriminado grupo poblacional. Y por si fuera poco, ahora salen a criticarlos porque no van a trabajar con dolor de muela y dolor de cabeza, ¡Les duele la muela! ¿Quién va a trabajar en esas condiciones?

Pero bueno, el asunto es que, como mantienen enfermitos y simplemente la vida no les da para ir hasta un centro médico, tienen que someterse a los médicos extralegales, esos que le ahorran a uno la ida a la clínica y que, vivan donde vivan, siempre estarán prestos para certificar nuestra enfermedad; pero no es que estén inventándose la enfermedad, ¡no faltaba más! El gremio de los congresistas no resiste una diatriba más, entiéndanlos, ¿quién quiere ir a una clínica? Con ese servicio tan malo, ¡ni riesgo! ¿Cómo se les ocurre que ellos serían capaces de montar semejante infamia? ¿A quién se le ocurre que uno se va a inventar un dolor de cabeza para no ir a trabajar?

Pero ahí están pintados los colombianos, mínimo los que andan con sus comentarios mal intencionados son los que viven inventando excusas médicas y sacándole el cuerpo al trabajo. Pero bueno, ya que están tan indignados espero que por lo menos se tomen la molestia de recordar que esos honorables hombres y mujeres de bien que osan sancionar las magníficas leyes que nos rigen son los mismos por los que votan el día de elecciones. Si están tan inconformes tómense la molestia de siquiera leer el tarjetón la próxima vez y marcar, tan siquiera, el voto en blanco, en caso de que no sepan qué hacer. Yo por mi parte tengo mi conciencia tranquila, ni me invento excusas ni voté por ellos.



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