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Jue, Abr

Medidas de prevención y control en Riohacha

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Illidge Gomez

José Illidge Gomez

Columnista Invitado

 



Nuevamente, al acercarse la realización de un evento de masas como lo es el festival de música regional Francisco El Hombre, la ciudad vuelve a ser objeto de la aplicación de medidas preventivas y de control del orden público en aras de preservar la calma y el buen comportamiento de los ciudadanos durante la realización de las actividades del festival, medidas que nos hacen recordar las del reciente Dos de Febrero con ocasión de la fiesta de la Virgen de Los Remedios, y que, antes que garantizar el orden público y el buen comportamiento ciudadano, generan un gran caos en la movilidad por el centro histórico de la ciudad y grandes incomodidades para todos aquellos que viven en barrios distantes del centro y quieran venir a disfrutar de las festividades.

Todavía no entendemos por qué se tiene que limitar el tráfico vehicular en un área que cubre todo el centro histórico de la ciudad desde la carrera quince y la calle siete hasta las carrera y calle primera si las festividades están ubicadas entre la carrera cuarta y primera con la calle primera de Riohacha, logrando, antes que favorecer el evento, crear una gran dificultad de movilidad en todo el sector y así vemos visitantes arrastrando sus equipajes desde la calle siete hasta los hoteles de la primera.

Los vemos buscando un sitio donde poder dejar sus vehículos a salvo y protegidos de la calle siete en adelante por la falta de parqueaderos por horas o cosas parecidas en el sector, vemos como se convierte en un verdadero caos la movilidad a lo largo de la calle ancha y de las carreras que desembocan en ella (todas las del centro) y también como se genera la ocasión ideal para que los ladrones de partes de los automotores dejados en las aceras lejos de sus dueños hagan su fiesta particular robándose los stop, las antenas, las llantas de repuesto, los equipos de sonido y más que convierte la ida a estos eventos en una gran afectación económica para los propietarios de vehículos.

Está muy bien que se apliquen medidas de control como retenes vehiculares y de personas para requisas con el fin de disminuir el porte de armas en las fiestas, de controlar la movilidad de personas con antecedentes legales, de contrarrestar la circulación de conductores y vehículos indocumentados y de choferes en estado de embriaguez, de preservar el buen comportamiento ciudadano, de disminuir la circulación de motos con parrilleros y situaciones como estas que no solamente se deben aplicar cuando hay fiestas si es cierto que la intención es controlar la enorme ola de inseguridad que nos arrasa a todos.

Pero no está bien que se dificulte la movilidad en todo el centro histórico de la ciudad, en su zona turística y hotelera por excelencia, que se impida el acceso a los pocos parqueaderos de la zona céntrica para los vehículos de quienes vienen a disfrutar de las festividades y necesitan dejar sus vehículos a buen recaudo, que obliguen a los asistentes al evento, que está en la ubicado en la calle primera con carrera tercera a trasladarse a pié desde la calle siete y la carrera quince para poder llegar hasta él.

Es hora también de sopesar los beneficios que la realización de este evento de naturaleza privada deja a la comunidad a cambio de todos los perjuicios que le causa y de analizar si es posible que el mismo se realice minimizando las dificultades que estas medidas casi extremas de seguridad orientadas a preservar el control y el orden durante el festival se justifican y si la ciudadanía riohachera se merece este tratamiento originado por el comportamiento social de esa ola de foráneos con sus problemas y pésimos hábitos de vida a cuestas que se ha tomado la ciudad ante la incapacidad de las autoridades para controlarlos, de esas mismas autoridades que generan este tipo de medidas tan nocivas para la convivencia normal del ciudadano riohachero.

En buena hora, se está organizando el Movimiento Cívico por la Defensa de Riohacha, MOCIDER, con la presencia de un nutrido grupo de ciudadanos Riohacheros natos y/o residentes sin ningún color político colectivo, quienes, ante la crisis de valores que vivimos y el pésimo estado de las condiciones de vida que actualmente atravesamos, comienza a expresar su posición crítica ante los desaciertos de nuestros entes administrativos en el manejo de la situación general en Riohacha, levanta su voz de protesta ante eventualidades como esta que hoy nos afecta y exige de nuestros gobernantes una actitud más comprometida con el nivel de calidad de vida de sus gobernados.



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