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Jue, Mar

Lenguaje de los candidatos

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cecilia López Montaño

Cecilia López Montaño

Columna: Opinión

e-mail: cecilia@cecilialopez.com


En estos días he recordado a mi padre por su insistente llamado a no usar palabras inadecuadas y a velar por el manejo correcto del lenguaje. Formado en el Seminario de Popayán, era un hombre culto, ponderado y sobre todo cuidadoso en el uso del español. Me inculcó que una de las grandes características de este país era ser reconocido como el que mejor manejaba nuestro idioma dentro de los países latinoamericanos. Para los que crecimos con esas ideas, muchas series en español nos siguen sorprendiendo por muchas de sus expresiones que obviamente respetamos, pero no siempre compartimos.

Traigo a colación este recuerdo de un ser que influyó tanto en mi vida, a raíz de una de las características de esta campaña electoral que lejos de corregirse tiene hoy un vuelo inusitado. Sin duda, para tratar de ser justos, en Colombia en esta contienda por la Presidencia también se están perdiendo valores fundamentales de nuestro país. Es este contexto el que parecen diluirse los principios democráticos en medio del miedo, de la angustia que muchos sentimos ante una de las campañas más confusas e insólitas de nuestra historia reciente. Como muchos lo han denunciado, el debilitamiento de nuestra democracia en este gobierno también se vislumbra en esta campaña electoral cuando el debate no ha sido el que debería fortalecerla. Por el contrario, este concepto ni se menciona sino en muy pocas ocasiones, dejando la duda de si ha perdido valor para el próximo gobierno.

Pero ahora se agrega algo que acaba también con una de nuestras características: nuestro buen uso del lenguaje, que además se acompañaba con otra de nuestras características que se diluyen, nuestra amabilidad. La campaña es una guerra de insultos y no un debate de propuestas. Ataques personales, descalificaciones escenario que ahora se complementa con el apoyo de sectores que se sienten amenazados. Pero lo que preocupa además de todo lo señalado es el uso del lenguaje especialmente de algunos de los candidatos. No solo se utiliza mal el español, sino que el lenguaje soez se ha aceptado hasta el punto del uso de palabras de alto calibre en la portada de la revista Semana. Por parte de muchos candidatos, no todos por fortuna, se han generalizado expresiones aceptadas en otras latitudes pero que en Colombia eran hasta hace poco, sencillamente groserías.

Algunos ingenuamente creíamos que era Rodolfo Hernandez el que se desbordaba en las llamadas tímidamente "malas palabras" como las que pronuncia en un video reciente que sigue circulando y que aparentemente lo ha llevado a competir el segundo lugar en la contienda electoral. Lo más grave y debe tomarse como un síntoma preocupante, es que esa forma de expresarse gana adeptos lo que corrobora que también el respeto en el uso de las palabras, una de nuestras características también se está perdiendo. Pero ya es parte del lenguaje común en las presentaciones de muchos de los que aspiran a ocupar la Primera Magistratura del país. Por fortuna hay excepciones, pero es tan generalizado el uso de este lenguaje que para muchos se volvió normal.

Pero más grave aún es que además del lenguaje soez hay una gran agresividad que crece como espuma en estas elecciones. Por ello un llamado no sobra en estos últimos días, a la moderación y a recordar que no podemos seguir perdiendo esas características positivas que nos caracterizaban. Además de violentos groseros, mal hablados, no por favor señores candidatos. 



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