Escrito por:
Cesar Arismendy Morales
Columna: Reflexiones
e-mail: cesaridys@hotmail.com
Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.
En las dos últimas semanas, cuatro encuestas sobre la intención de voto de los colombianos vienen confirmando la tendencia. Mockus derrotará electoralmente a Santos en la primera y en la segunda vuelta. Ahora, las dudas están centradas en torno de si efectivamente habrá segunda vuelta y en la cuantificación de la diferencia entre el primero y el segundo. Muy a pesar de la apretada ventaja que por estos días reflejan las estadísticas, la ciudadanía de manera desprevenida ya se está haciendo a la idea de tener un presidente profesor.
En un probable gobierno del partido verde, como se perciben las relaciones entre el departamento y la nación? Es claro que las relaciones región - nación se encuentran mediadas por la capacidad de interlocución y negociación de nuestros representantes que legítimamente hemos elegidos para que cumplan dichas funciones.
Me refiero a las autoridades de nivel departamental y municipal, incluyendo a los parlamentarios, quienes se han consolidado haciendo uso de las prácticas más arraigadas en la cultura política colombiana. Considerando que ellos son los intérpretes y portadores de nuestras voces como ciudadanos y ciudadanas, como puede relacionarse la representación política más tradicional de La Guajira con el gobierno nacional liderado por el profesor Mockus, quien en la presente contienda electoral ha surgido enarbolando la bandera y el sentimiento de la antipolítica? Para tener relaciones inteligentes con un gobierno como el de Antanas, estas tienen que basarse en valores y principios y no en intereses. Ello implica que la representación regional se encuentra obligada a cambiar sus prácticas y estilos para ganarse y legitimar el espacio de interlocución, como reconocidos líderes que son en nuestro departamento.
Por lo que pude aprender durante mi desarrollo como economista de la Secretaría de Hacienda del Distrito Capital en el segundo gobierno del ex alcalde, los valores tienen que ver con el respeto por las personas, la ley y lo público; vocación de servicio; pasión por el logro dentro de la consistencia; honradez y transparencia; firmeza en la búsqueda de armonía entre la ley, la moral y la cultura; equidad y solidaridad.
Por lo que conocí de cerca, Antanas es el mago en la construcción de legitimidad respetando la separación de poderes y el voto en conciencia. Los miembros de las corporaciones públicas y de elección popular son reconocidos como verdaderos voceros de la comunidad en el trámite de la demanda pública, pero no los únicos. No es partidario ni acepta acuerdos en privado; los que participan y demandan la atención del gobierno deben hacer público sus intereses. Le gusta avanzar a través del dialogo y no del conflicto, mediante una comunicación abierta. Ni pide ni ofrece en privado lo que no podría pedir u ofrecer en público.
Los valores y principios son inamovibles en la estrategia de gobierno de Mockus; no tengo la menor duda de que La Guajira será bien interpretada y nuestra representación será exitosa si los comparten, practican y difunden. El riesgo es que nuestros políticos se queden estáticos y sean renuentes a la modernización. En este escenario, el gobierno nacional buscará a la sociedad civil para decidir la conveniencia de las demandas en espacios institucionalizados. Sergio Fajardo conoce bien nuestra realidad y fácilmente puede determinar a quienes recurrir por fuera de la representación regional. En esa medida, el debate queda planteado en el nuevo escenario que se abre paso, o cambiamos o nos cambian.