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Vie, Abr

Démare es la estrella del esprint y Almeida sigue la vida en rosa

Arnaud Demare ganador de la sexta etapa cosechó dos puntitos en el esprint intermedio acercándose a Sagan en la lucha por la maglia por puntos.

Deportes - Internacional
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Hoy se corre la séptima etapa que llevará al pelotón desde Matera a Brindisi a través de 143 kilómetros.Redacción deportes (EFE).- El campeón de Francia, Arnaud Démare (Groupama), es el rey del esprint del Giro y lo demostró dando la segunda lección a sus rivales como ganador de la sexta etapa, entre Castrovillari y Matera, de 188 kilómetros, en la que el portugués Joao Almeida (Deceuninck Quick Step) retuvo la maglia rosa.


Démare, de 29 años, aguantó junto a los principales velocistas los rigores de las subidas urbanas de Matera y se impuso con autoridad, como una estrella fugaz, con un tiempo de 4h.54.38, por delante del australiano Michael Matthews (Sunweb) y del italiano Fabio Felline (Astana).

Doblete para el ciclista galo, su tercera victoria en el Giro, en el que ya ganó una etapa en 2019, y la duodécima en una temporada bastante fértil para el ciclista de Beauvais, orgulloso de lucir el maillot tricolor y de ganarle además la partida a Peter Sagan por la camiseta "ciclamino" por puntos.

En la general no hubo alteraciones. Los favoritos estuvieron atentos ante un final complicado y no se produjeron despistes de bulto. El portugués Joao Almeida vive la vida en rosa, seguido por el español Pello Bilbao (Bahrain McLaren) a 43 segundos y por el holandés Wilko Kelderman (Sunweb) a 48.

La etapa salió de Castrovillari, la localidad más importante del Parque Nacional de Pollino, con prisa para 4 corredores que atacaron en el kilómetro cero. Nada más salir, dos cotas, en la primera ya habían abierto diferencia Whelan (EF Pro Cycling), Frapporti (Vini Zabu), Bais (Androni) y Zana (Bardiani), con licencia del pelotón para andar camino y soñar con imágenes de gloria.

Mientras el cuarteto rodaba a placer, con ventajas que llegaron a ser de 10 minutos, el Deceuninck asumió la responsabilidad de marcar el ritmo de persecución, dejando claro que la maglia rosa de Almeida no se regala.


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