La terrible situación de Afganistán no da tregua y con el paso de los días, y próximo a cumplirse una semana de la toma del poder por parte de los talibanes en ese país, es más confusa la situación que se vive aún más en las mujeres, que son las principales afectadas por las restricciones a la que son sometidas y hasta amenazadas.
Ante esta situación de terror, incertidumbre e inseguridad, algunas mujeres afganas comienzan a desafiar a los talibanes ante el temor de que vuelvan a imponerse las restricciones vigentes durante su anterior régimen, con protestas públicas para exigir a los insurgentes ser incluidas en el Gobierno que está por formarse o su derecho a seguir trabajando.
Cada vez son más las imágenes de mujeres levantando pancartas y alzando consignas en contra de los talibanes en todo el país, un símbolo de la resistencia de periodistas, activistas y trabajadoras que se oponen a retroceder a aquella oscura era de represión.
Hace unos días un grupo de trabajadoras de oficinas gubernamentales y activistas salió a las calles de Kabul para pedir al movimiento talibán roles en la nueva Administración, así como mantener sus empleos en oficinas estatales. El pueblo, el gobierno y cualquier funcionario que vaya a formar un Estado en el futuro no puede ignorar a las mujeres de Afganistán, que no deben renunciar a sus derechos a la educación, al trabajo y a la participación política y social.
Las manifestaciones han sido reducidas, pero van tomando fuerza a medida que pasan los días, al recordar muchos el régimen talibán entre 1996 y 2001, cuando las mujeres no podían trabajar o ir a la escuela, y eran recluidas en el interior de sus hogares. Sin embargo, los talibanes han asegurado ahora de manera insistente que las mujeres podrán continuar con sus estilos de vida tal y como hasta ahora, volviendo a las escuelas o a sus empleos con los límites que establece el islam, pero algunas trabajadoras, sobre todo periodistas, denuncian que en la práctica esto no se cumple.
Las mujeres quieren volver a trabajar, pero lamentablemente, los talibanes, no dejan, porque el régimen ha cambiado y más puede el miedo que la libertad, lo que sin duda es una señal ominosa de que los talibanes de Afganistán no tienen ninguna intención de cumplir su promesa de respetar los derechos de las mujeres
Los talibanes son recordados también por imponer un riguroso régimen en el que solo se permitía a las mujeres salir de casa en compañía de un hombre de la familia o la imposición del uso del "burka", una situación que fue mejorando con la caída del régimen insurgente en 2001 y que ahora muchos temen que se repita.