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Mar, Abr

Perucho y Óscar: los modelos perfectos de la creación

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


 El sábado 9 de febrero con el título “La Elección del general Rafael Reyes,” en el espectador, por enésima vez el conocido Óscar Alarcón ventila sus calumnias contra la dignidad del “cacique electoral” Juanito Iguarán. Ya le he contabilizado más de seis escritos con el mismo reprocho y más de un cuarto de siglo sin dejarse leer una profunda y sana expresión a este cacique.

 

Afirma Alarcón, que el día 2 de febrero de 1904 fecha de reunión de los compromisarios no se realizó. Debido al resultado de la elección a favor del general Reyes, el abogado Santiago Rozo, presentó personalmente al Gran Consejo Electoral un extenso memorial de acusación, que obligó al Gran Consejo a sesionar en Bogotá del 4 al 8 de febrero, del 23 al 31 de mayo y todo el mes de Junio. Esta institución, después de vigilar el más leve intento de bochornoso fraude, el 4 de julio selló el veredicto a favor de Reyes, además comprobó, que en la Casa de la Aduana se realizó la reunión del 2 de febrero.

Su desbordamiento en antipatía y su raquítico conocimiento del fallo, el ex notario osa en tildar a Juanito Iguarán como pícaro, dizque “cometió el primer fraude electoral en Colombia”. Un hombre público como Óscar Alarcón se halla en caso de medir sus palabras, aquilatarlas y pesarlas. No es posible verterlas en una medida caprichosa. Hay momentos en que ellas tienen la intensidad de un alcaloide que lo inducen a expresarse de manera venenosa y enigmática, aun su inutilidad lo provoca apelar al chisme, a la farsa, y en caso peor a la calumnia, que son el falaz arsenal de la mediocridad agresiva. 

Perucho y Óscar, los grandes “herederos de Tite Alarcón” parecen ser los modelos más perfectos de la creación, los decoros del universo, las obras maestras de Dios, los descendientes directos de Adán y Eva, los que fueron creados en el “octavo” día, son los únicos mortales capaces de arrojar la primera piedra.

 Estos reparos no son hijos de la sensibilidad política ni significa la reacción de un partido político; es simplemente el patriotismo herido de una “tribu”, que se querella de tales desmanes.

Testifica Alarcón “que el cacique viajó a Barranquilla con el registro de su circunscripción electoral para llenarlo como le convenga”.  Con absoluta seguridad que, si le hubiesen propuesto la elección de Reyes a cambio de su muerte, él hubiese elegido la muerte. 

116 años han pasado y siguen con su homérica lucha en contra del “cacicazgo” de Iguarán que aún no lo han dejado descansar en paz, por lo que se nota, será una lucha eterna como la que sostienen el poder Dios y el rey de las tinieblas, ni siquiera el diluvio de tapabocas los ha podido silenciar. 

 



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