Las fuertes lluvias también han generado la muerte de once personas en lo corrido de los últimos dos meses.
Las torrenciales lluvias que azotan durante las últimas semanas al territorio guatemalteco han provocado serias afectaciones en su población. Cerca de 800.000 personas han quedado damnificadas por las inundaciones, derrumbes, bloqueos de carreteras y demás incidentes.
De igual modo, según cuerpos civiles de atención de emergencias, se estima que once personas han perdido la vida como consecuencia de la difícil situación invernal, asociando un poco menos de la mitad del saldo mortal al paso, a inicios del mes de junio, de las tormentas tropicales Cristóbal y Amanda por territorio guatemalteco.
Las principales causas mortales que han rodeado la temporada invernal han sido los casos en los que las crecientes de los ríos han arrastrado a pobladores, así como los casos en los que estos han sido sepultados por los incontenibles deslizamientos de tierra o derrumbes.
Las estadísticas muestran que la temporada invernal anterior, el saldo mortal era de 12 personas, lo que permite a las autoridades prever que posiblemente la actual será más mortal, teniendo en cuenta que aún está en curso el invierno.
Según medios internacionales, la temporada invernal en ese territorio centroamericano podría extenderse hasta noviembre.
A la fecha, las autoridades de emergencia también han presentado un informe parcial con cerca de 3.000 casos de averías de bienes inmuebles, al igual que 122 vías nacionales con afectaciones, que incluyen incluso el desplome de dos puentes.
De igual modo, han manifestado su preocupación frente a las posibles afectaciones de salud que se derivan de la temporada invernal, advirtiendo que estas patologías pueden complicar aún más la situación de sanidad del país, pues allí aún también está vigente la emergencia por la expansión del coronavirus.
A la fecha, esta enfermedad ha dejado más de 18.000 casos positivos y cerca de 800 muertes asociadas a la enfermedad.