Una edificación se ha convertido en la letrina y el refugio de los migrantes.
Los malos olores provienen de la vieja edificación de la extinta Telemaicao, donde el gobierno municipal desde hace varios años proyecta construir el nuevo edificio para el Centro Administrativo Municipal -CAM-. Aseguran los vecinos, que los malos olores se volvieron insoportables, tan insoportables como los nuevos vecinos que llegaron de Venezuela para estacionarse en la zona, donde han encontrado el más libre refugio para sus andanzas las 24 horas.
Es el sitio escogido para pernoctar, hacer sus necesidades psicológicas y dar rienda suelta a sus delirios de drogadicción. Allí logran encontrar en sitios vecinos donde les venden droga y que les facilita la buena vida que se dan en perjuicio de la vecindad que reclama de las autoridades, acciones firmes para erradicar estos problemas.
«En varias ocasiones les hemos dicho a la policía, pero ellos llegan, pasan y no les dicen nada. Además, les hemos dicho que en las casas cercanas a esa vieja edificación venden vicio y que, en el sector, incluida la parte externa del hospital del barrio se refugian a consumir drogas, pero no ha sido posible conseguir eco en las autoridades», dijo Rosa Helena Barrios, una de las vecinas afectadas.
Por su parte, José Camilo Iguarán, dijo que no solo las ventas de vicio y la presencia de los consumidores tienen invadido el barrio, sino las peligrosas ventas de gas propano junto con alimentos y gasolina muy cerca de chatarrerías donde entran y salen decenas de personas diariamente sin las más mínimas protecciones para evitar el contagio y propagación del Covid-19.