Un adiós que duele en el alma
La tristeza se apoderó de la comunidad de Dibulla el pasado 8 de mayo, cuando familiares, amigos y vecinos se reunieron para despedir a cinco personas muy queridas que perdieron la vida en un accidente tras caer el vehículo al río Cañas. Todos ellos hacían parte de un equipo de salud que servía con entrega en la zona rural del municipio.
Homenajes llenos de amor y gratitud
El primer homenaje se llevó a cabo el 7 de mayo en el hospital de Dibulla, donde trabajaban las víctimas. Entre flores, oraciones y abrazos sinceros, se recordó el compromiso y la vocación de quienes ya no están. Luego, los cuerpos fueron trasladados para sus respectivas ceremonias fúnebres: las cuatro mujeres en La Punta de los Remedios y el conductor en el casco urbano.
Vidas que dejaron huella
Isaura María Moscote Redondo, de 51 años, fue auxiliar de enfermería. Siempre tuvo una palabra amable y una sonrisa para sus pacientes. Adolmaidis Yulieth Quintero Redondo, de 24 años, era psicóloga. Muchos dicen que logró salir del vehículo, pero volvió a intentar salvar a sus compañeros y no logró salir de nuevo.
Ejemplo de entrega y humanidad
Yilda Helena Redondo Martínez, de 27 años, era trabajadora social, reconocida por su calidez y compromiso con los más vulnerables. Ivana Del Carmen Moscote Mena, de 32 años, también auxiliar de enfermería, fue una mujer dedicada que sembró cariño donde pasó. Hugo Nelson Gil Villar, director de orquesta de 49 años, era respetado y muy querido por su responsabilidad y cariño con su familia.
Un accidente que marcó a La Guajira
El trágico hecho ocurrió el 6 de mayo cuando una camioneta del ESE Hospital Santa Teresa de Jesús de Ávila se accidentó en una vía rural. Las lluvias intensas se volvieron peligrosas el camino, y el vehículo cayó en un canal tras deslizarse. Lamentablemente, cinco ocupantes no sobrevivieron. Otras tres personas lograron salir con vida.
La esperanza sigue viva
Ana Carolina Mulford Mieles, médica de 31 años; Karina Ramos Camargo, enfermera de 38; y Lilibeth Liliana Gómez Moscote, nutricionista de 50 años, sobrevivieron al accidente. Fueron llevados de urgencia a un centro médico y, por fortuna, hoy ya están en casa recuperándose, rodeados del cariño de sus familias y seres queridos.
Una comunidad que no olvida
Dibulla y La Guajira entera lloran la pérdida de estos cinco seres humanos que dedicaron su vida a servir. Hoy su recuerdo se convierte en ejemplo de humanidad, y su partida deja un mensaje claro: cada vida importa, cada gesto cuenta, y el amor por el prójimo puede marcar la diferencia hasta el último instante.