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Mié, May

El Riito, es mucho más

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cesar Arismendy Morales

Cesar Arismendy Morales

Columna: Reflexiones

e-mail: cesaridys@hotmail.com

Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.



Con sus aguas grises siempre ha estado allí delante de nosotros y lo ignoramos. De él solo parece importarnos la lengua de arcilla que es depositada a través del Riito al frente de Riohacha. Del río solo escuchamos comentarios adversos y lamentaciones, al tener que compartir un espacio geográfico que en épocas de lluvias se mete con fuerza al mar imponiendo las condiciones y sus fuertes colores.

Es el Río Ranchería, que al final de su recorrido le entrega a Riohacha un resumen de lo que es la economía, historia y cultura de La Guajira. Su corriente es nuestra conexión con San Juan, Ditracción, Fonseca, Barranca, Hatonuevo, Albania, Manaure. Es un viaje de 248 kilómetro que se inicia en el páramo de Chirigua a 3.875 m.s.n.m en la Sierra Nevada de Santa Marta.

El ruido del caudal representa la conversación de los pueblos indígenas arsarios, arhuacos, wiwas, koguis con las comunidades wayuu de Potrerito, Caicemapa, Mayamangloma, La Granjita, La Granja y el resguardo indígena de la Alta y Media Guajira. El Ranchería surgió de las profundidades de la tierra muy al final de periodo terciario. En los estudios realizados por Galvis durante 1997 se determinó que su formación y consolidación ocurrió durante el plioceno, es decir, entre 5 y 1.7 millones de años antes de nuestra era.

Su cuenca tiene un poco mas de 5 mil kilómetros cuadrados. Por su tamaño y caudal el rio Seturma, Calancala o Ranchería es de baja valoración en la historia hidrográfica de Colombia, pero no lo puede seguir siendo en nuestra historia regional y local.

No lo debemos ignorar y su futuro no puede seguir siendo una gruesa línea gris que se usa y no se hace nada por ella.

Pronto surtirá a la represa El Cercado con 198 millones de metros cúbicos, que servirán para regar dos distritos agroindustriales de 18.4 miles de hectáreas. Cuatro cabeceras municipales se nutren de sus aguas y en poco tiempo Albania, Maicao, Uribia y Manaure podrán hacer lo mismo. Tres batallones militares hacen uso de su cuenca y con el espejo de agua resultante de la represa se convertirá en un afortunado atractivo turístico.

El rio es crucial para las exportaciones colombianas que tiene en el Cerrejón un alto consumidor de su líquido, el cual es usado para el lavado del carbón, consumo interno, supresión de polvo en las carreteras de la mina y en las zonas de acumulación de material de desecho. Nuestro rio es importante por las ceremonias y ritos étnicos en La Laguna, Guanaca y Marocazo. Los baños recuperadores en El Silencio, Pozo Hondo, Saltos de Gauyacanal, la Cueva de San Pedro, Pozo Ciclo, Sain Wayuu y Aremazain, dependen del volumen y del vigor de sus aguas.

Se secó el río Ranchería, tituló el semanario La Noticia. Todo callamos. Como guajiros estamos obligados a volver nuestras mentes sobre su cuenca y empezar a reconocerlo como el gran vector generador de historias de vida, cultura y riquezas, al cual hay que devolverle lo que nos ha brindado.

Sus aguas ya son usadas intensivamente. Las consecuencias e impactos no están lo suficientemente claras para los actores económicos que usan su preciado líquido, en esa medida, nosotros debemos actuar rápido y desde ahora, ya que del Ranchería depende nuestra seguridad hídrica.



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