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Jue, Abr

El arte de escuchar (Primera Parte)

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alejandro Rutto Martínez

Alejandro Rutto Martínez

Columna: Opinión

e-mail: alejandrorutto@gmail.com



Un oído bien entrenado puede diferenciar las notas producidas por los instrumentos de la orquesta; y distinguir con certeza los infinitos sonidos del bosque en una alegre tarde soleada y, sin mayores dudas, percibir las tonalidades de las voces correspondientes a personas conocidas.

El oído es, claro está, un órgano maravilloso por la cual podemos entrar en contacto de manera especial con la grandeza ilimitada del universo.

En el caso de los líderes el oído debe estar afinado y dispuesto para conmoverse con las voces de la gente y en esta función estar bien acompañado de todo el "equipo de audición interna" del cual hace parte unos ojos sensibles a los gestos más leves, un corazón dispuestos a sentir los mensajes subyacentes en el mensaje principal; una mente aguzada para leer entre líneas lo que comunican los grupos y hasta un ánimo en plena actitud de ganarse la confianza de quien debe y quiere decir algo.

Escuchar al otro es una de las más importantes demostraciones de respeto que se pueda expresar. Es una actitud distinta a percibir sonidos, tarea casi exclusiva del oído. Va más allá de la simple recepción pasiva del mensaje porque, para que propiamente ocurra, es necesaria una dedicación plena, prácticamente en cuerpo, alma y espíritu.

Escuchar el suave sonido del viento al rozar las hojas de los árboles es más importante que oír todo el furor del huracán cuya fuertes brisas causan un ruido temible y estremecedor, escuchar bien, escuchar para entender, para comprender, analizar y juzgar es todo un arte que, bien aplicado ofrecerá frutos constantes y generoso para quien desee ser un líder prospero y bien aceptado entre sus seguidores por eso porque es un arte es necesario que los conozcamos para que podamos aplicar y disfrutar de sus beneficios, compartiremos a continuación algunos recomendación para que el líder pueda escuchar la voz del corazón de su gente:

- Cuando desee conversar con alguien escucharlo pero escucharlo de verdad, concéntrese en lo que le dice su interlocutor y desconéctese de todo lo demás. Esto implica cerrar la agenda en la que escribía, poner el teléfono celular en vibrador o apagarlo, olvidarse de la situación del país y de sus problemas personales, al menos por un momento, y miraba a la otra persona con gesto sincero del que se pueda interpretar la expresión: "hable, cuénteme lo que desee. Mi tiempo y mi atención es solo para Ud.".



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