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Mar, Mar

Para dar y convidar

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jose Lafaurie Rivera

Jose Lafaurie Rivera

Columnista Invitado

e-mail: jflafaurie@yahoo.com



Así decían los abuelos cuando algo era más que suficiente, como sucede con la carne bovina, aunque algunos sectores den alarmas de escasez y precios altos por las exportaciones, lo cual es totalmente falso.

Los frigoríficos rechazan la exportación de animales porque quisieran sacrificarlos. Hace unos años, cuando el Fondo del Ganado controlaba los de Friogán, patrimonio ganadero malogrado por decisiones irregulares del gobierno Santos, nos atacaban por no apoyar las exportaciones para favorecer a Friogán, lo cual era falso, y hoy nos atacan por apoyarlas.

Otros denuncian escasez y encarecimiento de cortes finos, y los animalistas atacan también las exportaciones y a la ganadería en general, que para ellos no debería existir.

Pero la ganadería no desaparecerá ni se detendrá, y si hoy pasa por un buen momento, no ha sido gratis. Nos lo merecemos, porque Fedegán y los ganaderos recogemos el fruto de un trabajo arduo, perseverante y coherente durante años.

Pero bueno: ¿sí está escasa y costosa la carne de res? Veamos:

1.- El hato nacional bordea los 30 millones de animales, en parte porque, entre 2016 y 2018, entraron más de cinco millones de contrabando… y siguen entrando.

2.- De ese total, 14 millones son hembras mayores de 2 años que, con una tasa de natalidad del 53% -muy baja-, suman más de 7,4 millones de nacimientos.

3.- El sacrificio formal en 2020 fue de 3.270.000 cabezas, que, sumadas al clandestino, estimado en 15% del formal, dan un total de 3.760.000 animales. Castigando esa cifra con un incremento del consumo de 10%, que no veremos en pandemia, llegaríamos a un sacrificio total de 4.137.000 animales que, restados de los animales nuevos, arrojan un aumento neto del inventario de 3,3 millones de cabezas.

4.- Sigamos restando, pues con la dinámica exportadora se estima un crecimiento, entre carne y animales, del 10%, equivalente a otras 512.000 cabezas menos.

Sin contar factores como la dinámica del mercado, la mayor retención de hembras, la mayor productividad de los Sistemas Silvopastoriles en auge, y la persistencia del contrabando, entre sumas y restas el hato crecerá, durante 2021, en 2,8 millones de animales como mínimo, y conservará esa tendencia creciente en los próximos años.

Conclusiones: 1. No hay ni habrá desabastecimiento, por la inercia de crecimiento del hato, combinada con una tasa de extracción (sacrificio) que continuará baja por la lenta recuperación del consumo. 2. El precio al ganadero repuntó, pero lo que hay hasta ahora es recuperación de pérdidas y, aun así, es aún bajo y competitivo en los mercados internacionales. 3. Así las cosas, los precios al consumidor muy por encima de la inflación, no son otra cosa que especulación que enriquece intermediarios en época de pandemia. 

En suma, Colombia tiene carne “para dar y convidar”, o mejor, para comer y exportar.    


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