Antes de convertirse en el jugador determinante del Junior de Barranquilla en la conquista de su undécima estrella, José Enamorado recorrió un camino silencioso por el fútbol colombiano, forjado en el ascenso, los préstamos y la constancia.
José David Enamorado Gómez no llegó a la cima de la noche a la mañana. El hoy referente ofensivo del Junior de Barranquilla, figura clave en la obtención de la estrella 11, construyó su carrera lejos de los reflectores, en un recorrido marcado por el esfuerzo y la perseverancia.
Nacido el 13 de enero de 1999 en Soledad, Atlántico, Enamorado dio sus primeros pasos en el fútbol formativo con Real Costa Hermosa y la Escuela Barranquillera, antes de debutar como profesional en 2016 con Orsomarso, en el Torneo de Ascenso. Tenía apenas 17 años cuando disputó sus primeros minutos en el fútbol profesional colombiano.
Su proceso continuó en la segunda división, donde fue sumando experiencia y continuidad. Posteriormente tuvo pasos por La Equidad y Deportivo Cali, en calidad de préstamo, etapas que le permitieron foguearse en la primera categoría, aunque sin consolidarse plenamente. El verdadero punto de inflexión llegó con Real Cartagena, club en el que encontró regularidad y protagonismo, mostrando las condiciones ofensivas que más tarde lo llevarían a dar el salto definitivo.
Entre 2022 y 2023 también defendió los colores de Independiente Santa Fe, experiencia que terminó de moldear su carácter competitivo. Ese crecimiento no pasó desapercibido y en 2023 Atlético Junior apostó por su talento, inicialmente a préstamo, decisión que terminaría siendo clave para la historia reciente del club.
Ya con la camiseta rojiblanca, Enamorado explotó su mejor versión. Su velocidad, desequilibrio y capacidad para aparecer en momentos determinantes lo convirtieron en pieza fundamental del esquema tiburón. En la temporada que culminó con la estrella 11, fue decisivo con goles, asistencias y actuaciones determinantes en las finales, consolidándose como una de las grandes figuras del título.
Así, el futbolista que se curtió en las canchas del ascenso y recorrió varios equipos en silencio, terminó escribiendo su nombre en la historia grande del Junior de Barranquilla, demostrando que detrás del héroe de la estrella 11 hubo un largo camino de trabajo y paciencia.