Los deudos, pertenecientes a la etnia wayuu sostienen que demostrarán que ella fue asesinada y añaden que era una persona sana sin enfermedades.
Familiares de la patrullera de la Policía Nacional, María Alejandra Guerrero Montiel, cuyo cadáver fue encontrado por la comunidad que avisó a las autoridades a las 12:40 de la madrugada del día 28 del pasado mes de abril, tras caer del quinto piso de una de las torres del conjunto residencial Vida Azul localizado en Caribe Verde, insisten en que la joven de 22 años, no se suicidó como fue asegurado en principio por autoridades del Atlántico.
El día 30 de abril se realizó el sepelio de la patrullera en su municipio natal Hatonuevo, sur de La Guajira con ritos propios de la cultura wayuu a la cual pertenecía la mujer y en la mañana del 6 de mayo, sus familiares entre ellos padre, abuela, tíos y otros miembros del clan, participaron de un evento que congregó más de cien autoridades tradicionales wayuu que se habían reunido para realizar el V Congreso de Autoridades wayuu, y donde habían sido invitados por el representante de la ONG José Silva, para poner en conocimiento del Congreso lo que había pasado con la joven patrullera de esa etnia nativa.
Después del comunicado la sociedad despertó
Ángel Ortiz, tío paterno de la joven muerta de manera violenta, dijo a esta redacción que la sociedad de Barranquilla y buena parte de la costa, se había mostrado ajena a lo acontecido con su sobrina patrullera de la Policía y fue por eso que redactaron y pusieron una circular un comunicado de la familia, donde ponen en duda que se trata de un suicidio ya la vez que descartan que la joven mujer estuviera sufriendo de alguna enfermedad que la alterara emocionalmente o por lo menos le redujera mucho su sueño.
“Era una chica normal, sana, estaba llena de salud y por esos y otros argumentos, no podemos creer que ella hubiera atentado contra su propia vida”, dice Ángel Ortiz.
El tío de la ahora difunta, quien tiene la profesión de abogado, dijo que luego del comunicado, han observado con sumo agrado, como una buena cantidad de organizaciones feministas, personerías y de derechos Humanos se han interesado por el caso de la muerte de su sobrina y ahora más que nunca se han comprometido a llevar el proceso hasta el final en la justicia ordinaria.
No hay heridas de bala
La familia dijo que conocieron a través de medios de comunicación de un probable informe preliminar de medicina legal en el que se estaría indicando que en el cuerpo de la mujer muerta no había heridas que hubieran sido provocadas por arma de fuego. Dicen además que, sobre la persona que en inicio han involucrado con el caso, se debe hacer claridad en el sentido de que esa persona de la cual conoce solo la identidad, pero no mayores datos, no era pareja de María Alejandra Guerrero Montiel y tampoco conocen si ha sido detenido o está en libertad.
Dijo que “en este momento, los familiares de María Alejandra Guerrero, damos nuestros agradecimientos a todas las ONG que se han interesado en el tema y las personas que nos han apoyado para dar inicio a la investigación que estamos decidido a llevar al final”. Señala que las autoridades de su departamento han estado cooperando en varios aspectos con la familia de la fallecida.