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Jue, Abr

“No más pobres en un país rico”

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


“El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”, es una conocida frase atribuida a Antonio Raimondi. El pasado año el fundador de un nuevo socialismo democrático peruano, Pedro Castillo fue elegido con una frase parecida, “No más pobres en un país rico”, además agregaba “Si el Perú es un país rico y el pueblo está empobrecido es porque alguien se lo roba” con esa sencilla y potente ecuación del mensaje convenció a los peruanos.


El pueblo inca persuadido que el nuevo socialismo democrático, irían avanzando en la reducción histórica de su pobreza, lo llevó a la primera magistratura del país. Sin embargo, el pueblo peruano ha asumido la actitud de no conformarse con lo establecido por su presidente y se ha tornado en protestas acaloradas que ha originado heridos y muertes, e implícitamente rechazan su permanencia en el poder y solicitan de inmediato su renuncia. Aun importantes diarios peruanos aconsejan que Castillo debe dejar el poder.

Al parecer no fue la mayoría del pueblo quien eligió a Castillo, el setenta por ciento de los sufragantes peruanos no se acercaron a las urnas, es decir que no votaron ni por Castillo ni por Keiko Fujimori.

Tres semanas antes de la contienda electoral las encuetas otorgaban a Castillo apenas el 3% de los sufragios, seis de los otros candidatos se encontraban en un “empate técnico”. Sin embargo, Castillo fue el gran vencedor.

No es la primera vez que en el Perú se dan estas clases de sorpresas. Al comienzo del siglo XXI, el desconocido rector de una universidad agraria intentó sin éxito ser concejal de la capital peruana, seis meses después sorprendía pasando a la segunda vuelta para competir con el escritor Mario Vargas Llosa. El desconocido le ganó las elecciones al hoy Nobel de Literatura.

Alberto Fujimori, se convirtió en el presidente de los peruanos, con apoyo concentrados en los barrios pobres y las zonas rulares, “apalancado” por el mundo los cristianos del Perú. En este sentido el presidente Castillo tiene más parecido al Fujimori del 1990 que a Keiko su propia hija. Desde entonces, el Perú ha votado con gran volatilidad y siempre con cambios en el último minuto. Este hecho de localizar sufragios de manera volátil tiene semejanza a lo que sucedió en las pasadas elecciones parlamentarias en nuestro país, donde nuestro socialismo de manera mágica alcanzó 500.000 votos en menos tiempo que una espabilada.  En las próximas elecciones debemos estar atentos y no dejarnos sorprender de una asombrosa maravilla que sólo favorece a un partido.

La trampa de las pasadas elecciones se puede reflejar en que el partido favorecido en las pasadas elecciones proyecte menor número de sufragios que el 13 de marzo.    



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