05
Dom, May

La crisis de la palabra entre los wayuu

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Cesar Arismendy Morales

Cesar Arismendy Morales

Columna: Reflexiones

e-mail: cesaridys@hotmail.com

Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.



Amílcar Barca fue un general de la Guerra Púnica y estadista cartaginés, líder de la familia Bárcida. La historia universal entre 247-241 a. C., lo resalta como un hombre de palabra y gran motivador. Siempre mantuvo la coherencia entre el decir y el hacer. Encabezó una exitosa guerra de guerrillas contra los romanos en Sicilia. Con el éxito de sus gestas detrás de sí y conseguida la paz en Cartago, se retiró al África en búsqueda de nuevas motivaciones vitales.

Amílcar Berti, líder wayuu y ex representante de las comunidades indígena ante el Consejo Directivo de Corpoguajira, que proviniendo de una etnia que cree y reivindica la palabra, ha terminado en una franca contradicción entre lo que dice, pacta, escribe, firma, hace y promulga Vale la pena recordar que en el entorno del conjunto de creencias que incorpora la cultura wayuu, como en los cartagineses, la palabra tiene un alto valor y es sagrada, hay que honrarla bajo cualquier circunstancia. La palabra es una institución de regulación social y política en la sociedad wayuu.

“Los hechos tienen voces”, se dice entre los wayuu, También se afirma que “la mentira tiene patas cortas”, es decir, que siempre se sabrá lo que es verdad. Me encantaría decir que Amílcar Berti, tiene algo de lo que privilegiaron los cartagineses en la palabra de su general Amílcar Barca, pero no, la palabra que es lo natural, lo que fluye no tiene contenido en sus creencias personales, ya que los hechos expresan todo lo contrario.

El día 30 de diciembre de 2011, se dieron cita cerca de 650 autoridades indígenas del departamento de La Guajira habilitadas para el elegir la representación de las comunidades indígenas ante Corpoguajira, a este proceso se presentaron tres candidatos.

Al finalizar la votación, de manera voluntaria, libre y espontánea, consistente y sin presiones, tal como lo establece el acta que se firmó el 3 de enero de 2012, los candidatos pactaron por escrito distribuirse de manera uniforme el periodo de los representantes de las comunidades indígenas ante el Consejo Directivo de Corpoguajira, comenzando el periodo el señor Amilcar Berti Bonivento, desde el 1º de enero de 2012 hasta el 31 de abril de 2013, posteriormente entra Zoila Brito del 1º de mayo de 2013 hasta el 31 de Agosto de 2014, y por último el señor Hugo de Jesús Gómez, quien terminará el periodo hasta el 31 de diciembre de 2015. Este acuerdo, fue supervisado por Rosa Luna Illige Procuradora Regional encargada, Arcese Gonzalez Mejia profesional universitario de la Procuraduría General y Ellis Gomez Mendoza Delegado del Ministerio del Interior.

Después de presentar una duda razonable sobre el proceso, consultar a múltiples instituciones y establecer que el acta firmada por los actores es el único instrumento existente e idóneo en la posesión y acreditación de la representación indígena, como Presidente delegado del Consejo Directivo le di formalmente validez a la misma y con ella se ha posesionado Zoila Brito.

En el ejercicio de documentación, investigación y decisión del caso primó que el acta en mención se constituye en un instrumento de conciliación al interior de las comunidades, ya que se asume que los relevos que se determinan y lo sucedáneo de los periodos dentro del institucional se desprende de las calidades de cada uno de los firmantes, reconociendo que se puede reemplazar al otro por tener propiedades o calidades similares al final del periodo estipulado en la misma.

También me quedó claro que la palabra entre wayuu está en crisis y que Amílcar Berti está demasiado lejos del rigor de la palabra en Amílcar Barcas, pero si muy cerca de Pinocho. Solo espero que arrepentido de su mal comportamiento busque a su Geppetto y piense en reaprender valores wayuu en el entorno de paz de Cucurumana.



Ingreso de Usuarios