Escrito por:
Cesar Arismendy Morales
Columna: Reflexiones
e-mail: cesaridys@hotmail.com
Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.
Este año no le fue bien al ICBF, al departamento y a sus municipios en torno de impedir la muerte de niños menores de cinco años, por causa de la desnutrición. A la fecha, van 16 eventos indeseables y el próximo año tiende a ser más crítico si no se actúa de manera coordinada. El ICBF, el departamento de La Guajira, los Municipios, el DPS, el Plan Mundial de Alimentos, los hospitales públicos, la Policía de Infancia, las EP y las IPS, en grado sumo tienen la responsabilidad de corregir y ajustar sus actuaciones. En estas circunstancias, ninguna de las instituciones puede decir, que la tarea se ha cumplido a satisfacción.
El ICBF termina el año inmerso en denuncias de alimentos que aparecieron tirados en basureros satélites de Riohacha. La Reed Nacional del Veeduría del Caribe, nos dice que el Programa de Alimentación y Nutrición que adelanta la Secretaría de Salud del Departamento, debe corregir su focalización y los municipios se hacen los de “la vista gorda” frente al tema.
En torno de las comunidades y núcleos poblacionales, no todas los que están, deben estar. Estos errores que surgen de la operación del sistema de atención nutricional, nos están indicando que existe un serio problema de identificación de la población en condiciones de vulnerabilidades, es decir, los programas de alimentación están en el lugar equivocado.
Si no sabemos dónde viven nuestras comunidades y nuestros niños, niñas y nuestras madres gestantes y lactantes, especialmente las rurales, difícilmente podremos abordarlas y la consecuencia será posiblemente un incremento en las tasas de morbimortalidad infantil. ¿Donde se encuentran las personas que deben ser objeto de intervención?
Durante el Cuarto Consejo Departamental de Política Social realizado en Riohacha, el Departamento Administrativo de Planeación de La Guajira presentó el mapeo y análisis de la vulnerabilidad alimentaria y nutricional, con los principales lugares donde se están presentando los casos de bajo peso al nacer, morbilidad y mortalidad por desnutrición, y se señaló las potenciales zonas donde se pueden presentar las próximas muertes infantiles por estas causas durante el próximo año.
Desafortunadamente, para realizar el ejercicio se trabajó con subregistros. No todos los casos de morbimortalidad infantil por desnutrición están reportados con el agravante de que muchas comunidades no tienen localización real en la cartografía existente, razón por la cual no pudieron ser mapeados.
El análisis de vulnerabilidad alimentaria y nutricional, es un conjunto de herramienta que nos permite, analizar, entender y localizar la dinámica de la desnutrición en un territorio. Sus resultados apoyan la toma de decisiones por parte de los actores del sistema. El análisis nos asegura focalizar las intervenciones y no a disparar acciones para todas partes que muy pocas veces son efectivas.
Un análisis de este tipo, nos permite conocer quiénes son las comunidades vulnerables o las que están en condiciones de inseguridad alimentaria; el número de personas y su composición; en qué lugar se encuentran; las razones de su condición como vulnerables y cómo podemos entre todos intervenir para cambiar dicha situación.
Dado que reducir la morbimortalidad infantil es una de las metas del milenio, y un compromiso de la nación, el departamento y sus municipios, la información que arroja el ejercicio es realmente pertinente con su respectivo mapeo para que las entidades territoriales locales a través de su Red Prestadora de Servicios de Salud, el Plan de Intervenciones Colectivas, los Programas de Seguridad Alimentaria, Alimentación Escolar, y en coordinación con todas las entidades nacionales, departamentales públicas y privadas que interactúan en el municipio, coordinen iniciativas a través de los comités de infancia y adolescencia, con el fin de priorizar acciones de atención y prevención en las comunidades relacionadas, de tal forma que logremos impactar de manera real y efectiva la situación de desnutrición infantil en el Departamento y en especial en el municipio.