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Dom, May

Trabajar con los pobres, si paga

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cesar Arismendy Morales

Cesar Arismendy Morales

Columna: Reflexiones

e-mail: cesaridys@hotmail.com

Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.



Está totalmente demostrado que los pobres si pagan sus deudas y que les cumplen a las entidades financieras, cuando de crédito se trata. Teóricamente se encuentra sustentado y demostrado empíricamente que los pobres tienen un comportamiento responsable e inteligencia económica que se adaptan racionalmente a los cambios de ingresos en mejores condiciones que los que provienen de las capas medias y altas de la sociedad. Algunos estudios de casos, señalan que ellos presentan una mayor propensión hacia el ahorro, lo que implica reconocer que los informales económicamente no siempre se compartan como tales.

Las personas y las unidades económicas que hoy conocemos como informales y que por razones de facilidad de acceso al crédito se encuentran en manos de los agiotista de este país, son las que desarrollan actividades como la prostitución, el contrabando, las unidades marginadas de la economía de mercado carentes de organización empresarial, económicamente rezagadas y los trabajadores independientes con pequeños establecimientos no institucionalizados. Todas ellas, a pesar de su pobreza, pagan a tiempo sus deudas.

 

Qué tipo de alianza público – privada hay que hacer para elevar las condiciones de vida de una importante cantidad de colombianos que se encuentran atrapados en la trampa de la pobreza? Las entidades financieras vienen haciendo su trabajo. La semana pasada los bancos más representativos del país discutían en Cartagena sobre cómo aprovechar el potencial económico del sector informal que se nutre del crédito “gota a gota”, con intereses que ascienden hasta el 20% diario y que tiene sus orígenes en dineros que provienen de las nuevas bandas criminales y del narcotráfico. Para ello promoverán las microfinanzas de fácil acceso dentro de una estrategia pro pobres.

En las Bases del Pan Nacional de Desarrollo “Prosperidad Para Todos” el gobierno nacional también se propone hacer lo propio. Allí se reconoce que en Colombia el desempleo y las brechas sociales existentes por los problemas aberrantes de la distribución del ingreso, no ceden. Igualmente señala, que las tasas de subempleo subjetivo y objetivo son muy altas. A partir de ello, el presidente Santos ha reiterado su especial interés en reducir los índices de pobreza, el cual es uno del más altos de América Latina, fijándose la meta de sacar de la pobreza extrema a por lo menos 2,8 millones de personas en los próximos tres años.

Para contribuir con esta meta, en las regiones y en los municipios se deben crear estrategias con enfoque en el desarrollo productivo de los grupos poblacionales con carencias económicas y sociales, abandonando el viejo concepto del asistencialismo estatal, muy cercano al populismo. La Guajira no puede ser la excepción. Nuestro departamento aún mantiene uno de los niveles más altos del país en subempleo subjetivo. La pobreza y la indigencia han venido creciendo de manera acelerada en los últimos cinco años, muy a pesar de los evidentes esfuerzos que ha realizado el actual gobierno departamental por atacar esos males con los programas de “Guajira sin Jamushiri” y “La Revolución del Empleo”.

Estudiando los impactos de estas acciones, es fácil darse cuenta que es necesario darle un nuevo enfoque y comprometer a las municipalidades de La Guajira como el centro de las alternativas de desarrollo productivo. Hasta ahora, la mayoría de los municipios no se han vinculado con políticas públicas de microcrédito, como un instrumento para la dinamización de los sistemas productivos locales. Sólo así, acompañado de la banca privada, el gobierno nacional y departamental pueden devolverle la dignidad a los pobres de nuestros municipios, que todos los días se levantan buscando la ayuda de Dios, cuando parte de la solución está en las manos de los alcaldes municipales. Por estas y otras razones, es necesario elegir bien al próximo alcalde de Riohacha.



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