05
Dom, May

No esperes para actuar

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Cesar Arismendy Morales

Cesar Arismendy Morales

Columna: Reflexiones

e-mail: cesaridys@hotmail.com

Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.



Un obstáculo que tiene el desarrollo de La Guajira, está relacionado con nuestra seria permisividad sociopolítica. No ubicamos nuestro papel como sociedad. Muchas veces preferimos esperar y escuchar la socorrida y manida expresión "somos pobres… y estamos así porque el gobierno nacional nos abandonó".

Esta expresión supone que los gobiernos, la dirigencia política y la sociedad civil no tienen responsabilidad en el estado del nivel de desarrollo económico y social del departamento. Luego entonces, el gobierno nacional es el culpable de lo que sucede. Esto refleja que entre nosotros el liderazgo se ha ejercido sin proyecto social y que el capital humano es muy incipiente o es aberrante, en el sentido que nuestra sociedad no ha sido capaz de gerenciar y controlar su propio bienestar económico, social, cultural y ambiental. Por muchos años hemos venido cultivando una seria pobreza y una profunda desesperanza.

Los grupos políticos son expertos en ganar elecciones y en hacer malos gobiernos. Desde mediado de la década de los noventa, se ganan elecciones independientemente de la capacidad de gobierno, administrando situaciones sin enfrentar los problemas que por su persistencia, se incorporan al paisaje social, como son los casos del acueducto y alcantarillado de Riohacha. Cuando se actúa con "seriedad", es porque se convierten en urgencias políticas que se procesan defectuosamente.

Una de las consecuencias, es que en la administración pública y en los grupos políticos con su estilo tradicional asistemático, autoritario y primitivo de conducción, gestan en su seno los futuros equipos de gobierno, que transfieren y reproducen serios vicios y limitaciones cuando asumen el poder. El estilo tradicional, iletrado, distraído y desconcentrado de hacer política y administración pública sin proyecto social, experiencia y experticia, limita las posibilidades de hacer un gobierno, eficaz, responsable y con credibilidad. Aplicar a gestores sin visión que permitan atacar los problemas y establecer las prioridades sociales, nos remitirá seriamente a gobiernos sin gobernabilidad, sin responsabilidad social y política.

No sabemos cómo responderá el pueblo de La Guajira este domingo. Con las nuevas elecciones, el departamento tendrá la seria oportunidad de liberarse de su pasado, cambiando el modelo de gestión, desechando el viejo y enquistado modelo de ejercer lo público con favorabilidad política y sin tener en cuenta las consecuencias sociales. Adicionalmente, erradicar el discurso irresponsable propio del populismo derrochador de recursos públicos que nos identifica con lo que ya pasó. Como sociedad debemos cambiar el infinitivo esperar por actuar, dado que quien espera…desespera. Todos los candidatos a las corporaciones públicas, incluyendo a Bladimiro, Kico y Rafa deben comprender que lo mejor es cometer errores nuevos.



Ingreso de Usuarios