Escrito por:
Cesar Arismendy Morales
Columna: Reflexiones
e-mail: cesaridys@hotmail.com
Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.
Los planes municipales sólo aluden al río Ranchería como un valle que se ha convertido en un hito físico y geográfico para establecer la delimitación espacial entre la Media y la Baja Guajira. En ellos se le dedican muchas páginas a destacar su importancia estratégica para los sistemas de acueductos, sus potencialidades productivas agrícolas y pecuarias, especialmente en los municipios de Distracción y Fonseca, en donde se concentra la mayor área productiva con riego del departamento.
En los planes de ordenamiento territoriales (planes de ordenamiento, planes básicos y esquemas de ordenamiento territoriales), la cuenca del Ranchería es valorada como un referente geográfico de relevancia ambiental para la vida de los 9 municipios que conforman su cuenca. También lo destacan como un área objeto de atención por su incidencia en los acueductos locales, la producción agrícola y pecuaria, minera, lugares turísticos, pesca, seguridad y control militar.
El gobierno departamental en su plan de desarrollo se compromete a avanzar en el propósito de construir colectivamente un territorio habitado por ciudadanos y ciudadanas que gozarán de mejor calidad de vida y desarrollo humano, socialmente integrado, saludable y solidario con sentido de pertenencia por su cultura y región.
Una Guajira convertida en centro minero industrial, agropecuario, empresarial, turístico y comercial del Caribe Colombiano, competitivo y posicionado internacionalmente con una oferta regional exportable y articulada con el resto del país para crear mejores condiciones y oportunidades para el desarrollo sostenible, la generación de empleo e ingresos y la producción de riqueza colectiva.
Este propósito tiene como uno de sus elementos fundamentales el desarrollo agrícola y pecuario que se establecerá en los municipios de San Juan, Distracción, Fonseca y Barranca, con base en el Distrito de Riego del Ranchería que se especializará en el desarrollo de agro negocios.
El plan recoge la iniciativa planteada en el proyecto del "Plan Departamental de Agua", que pretende incrementar la cobertura de los acueductos locales al 95% de la población. En el sur del Departamento, las metas de los municipios de Distracción, Fonseca, Barrancas y Hatonuevo se encuentran determinadas por el almacenamiento y suministro de agua que se haga con la construcción de la represa El Cercado. Este proyecto mantiene como alternativa mejorar los acueductos locales de Albania, Maicao, Uribia y Manaure.
Los planes de desarrollo de los municipios que intervienen en la cuenca del río mantienen objetivos en relación con la preservación del patrimonio ambiental y en especial, procuran por la protección de las cuencas de los ríos que abastecen los acueductos municipales y locales.
Ello se encuentra determinado por las instrucciones que ha venido planteando la Procuraduría General de la Nación para el cumplimiento de las disposiciones que definen que los municipios deben destinar por lo menos el 1% de los recursos de inversión a la protección de las cuencas que abastecen los acueductos locales. Así también sucede con los planes de turísticos, ordenamiento ecoturistico y competitividad regional que pretende la diversificación productiva de La Guajira a partir del río.
Con esto se confirma que el Ranchería se reconoce y se valora en todos los planes institucionales y por las autoridades de control, pero la realidad es que sobre él, en especial sobre su ordenamiento ambiental y el cuidado que hay que tener con este recurso hídrico, es muy poco lo que se hace y se ha hecho.
Todo ello le genera un escenario de incertidumbre al desarrollo del departamento ya que no estamos cuidando nuestra principal fuente de agua. La Procuraduría debería revisar este componente en los municipios y decidir si hay motivos para intervenir.