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Sáb, Jul

Asesinan hombre por un gallo y capturan al presunto homicida en La Guajira

Judiciales - Local
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La pérdida de un gallo fino, sería el florero de Llorente, que avivó la discusión entre dos hombres; la que comenzó con palabras ofensivas y después se desafiaron; uno tenía disponible un machete, mientras que el otro, un arma de fuego, al final, este último ganó la partida.

La situación comenzó desde el sábado, cuando el dueño se percató de la pérdida de su ave y este amenazaría de muerte al hombre que señalaba de haberle robado el gallo. Las versiones indican que Harold Andrés Peñaranda Rosado, decía que el ave debía aparecer, porque lo había criado con tanto esmero y en donde tenía invertida sus esperanzas para obtener un dinero importante el día que lo pusiera a pelear.

El domingo en horas de la noche, Peñaranda Rosado junto con otra persona aún sin identificar llegó a la residencia en donde habitaba Jerkis Ramón Castellanos González con el propósito de reclamarle el gallo, quien negó siempre habérselo robado.

Un poco antes de las 8:00 de la noche, Peñaranda Rosado desde afuera de la casa, le grita palabras de grueso calibre a Jerkis Castellanos, este se mete al aposento en busca de un machete, pero cuando viene de regreso se enreda con la cortina y pierde estabilidad cayendo al suelo, situación que aprovechó Harold Peñaranda para atacarlo con un arma de fuego.

Sigue narrando la compañera sentimental de Jerkis Castellanos que, luego Harold Andrés Peñaranda le dispara en varias ocasiones y sale corriendo, los vecinos del sector al escuchar los disparos llegan a la casa y le brindan ayuda, pero su compañero ya no respiraba.

Simultáneamente, los vecinos llamaron al cuadrante del sector, le entregaron una fotografía de Harold, el presunto asesino, la cual fue difundida a las demás Patrullas, realizando un cerco tendiente a ubicar al victimario, quien era una persona reconocida en el sector.

Tiempo seguido, hizo presencia una comisión del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI que se encargó de realizar la inspección técnica y levantamiento del cadáver con el acompañamiento de miembros de la Policía Nacional, quienes habían llegado como primer respondiente.

Este hecho se sangre ocurrió en la comunidad de Los Cerritos, que está conformada por indígenas y pequeñas parcelas que se dedican a siembra de pan coger que en cierta manera aporta a la canasta familiar de los riohacheros. Está ubicada en la línea del acueducto de Riohacha, cerca al barrio Dividivi, por donde se puede llegar como también por la vía 40.