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Lun, Oct

Así comenzó la esclavitud en el alta Guajira

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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com

Así comenzó la esclavitud en el alta Guajira


La historia de Colombia nos ha revelado que, a inicio de la mitad del siglo XIX, más concretamente el 21 de mayo de 1851 se dictó la abolición de esclavos en todo el territorio nacional, protagonizado por el presidente José Hilario López, pero realmente no se consolidó una abolición absoluta, pues debido a la histórica actuación de impericia con que han actuado los gobernantes colombianos careciendo de presencia en su zona más septentrional, dejando al indio guayú a su suerte, ésta región fue visitada constantemente por un joven venezolano de nombre Juan París, quien aprovechado la soledad como su mejor aliada, protagonizó en La Guajira a finales del siglo XIX y principio del siglo XX la trata de indígenas guajiros.

No había pasado dos lustros del siglo XX, cuando se descubrió que Venezuela navegaba en un mar de petróleo. Al iniciar la explotación de este negro mineral, se abre un nuevo período en la historia venezolana en el cual se opera todo un conjunto de transformaciones significativas en los distintos aspectos de la sociedad, los cuales en la medida extrema han permitido "superar" el estancamiento característico de un país agropecuario.

El campo petrolífero se apoderó del proletariado de la nación y el agro quedó en su totalidad al deshecho de la apatía. La agromanía que se practicó por muchos lustros y el agrómano que cambió su hábito de trabajar, arar, sembrar y luego cosechar, restó importancia al campo, el suelo pierde importancia relativa en todo el territorio, de igual manera la industria agraria y sus pocos labradores se ven afligidos por el exceso de la producción petrolífera.

Con la expansión petrolera vino el abandono del campo, debido a que la producción agrícola estaba primordialmente en manos de muy pocos terratenientes que ofrecían salarios minúsculos para las pésimas condiciones de vida que brindaba el agro. Por lo tanto, no podían competir con los salarios que ofrecían las empresas petroleras en sus concesiones. Buscando reducir sustancialmente los niveles de pobreza, el petróleo era la nueva bendición del redentor al pueblo venezolano, labradores, rancheros, agricultores, aldeanos, campesinos e inclusive cultivadores de café y cacao, todos aquellos que dependían del mundo agrario emprendieron su éxodo a la ciudad, a pesar de haber generado en el mercado un crecimiento abrumador de la oferta de trabajo, en las zonas rurales creó cinturones de miseria.  

Un joven casi adolescente que aún no llegaba a sus cuatro lustros de vida, hijo de un conocido hacendado de mucha afluencia de dinero, de nombre Juan París, cuyo negocio había abandonado porque a sus setenta y cinco años, su cuerpo mostraba claros indicios de deterioro senil. Su homónimo cuya fortaleza revelaba ser enérgico como una bacteria resistente, prepotente e invencible, aparentaba ante la sociedad ser venerable ángel, y no era sino un enorme codicioso dotado de cierta astucia primitiva y animalesca, muy severo para las flaquezas humanas, que no perdonaba en lo mínimo y creía haberlo hecho todo cuando asustaba. Animado por el éxito consumido por su padre durante más de dos décadas en la trata de indios, se acercó a la guajira convencido que la tierra desértica y de grandes ventarrones, era un semillero de esclavos indios que podrían reactivar los campos y ofrecer condiciones excepcionales e incluso con su pobre aporte en la mano de obra podrían acrecentar un patrimonio verdaderamente fabuloso. 

Convencido que el abandono estatal, la soledad, y la ignorancia, eran sus mejores armas y le era fácil convertir una comarca inerme en una zona imbele, además se podía sepultar todo secreto y llegar a cometer las más grandes atrocidades y vivir impune e indemne ante la ley y la sociedad. He hizo de esta zona del alta guajira un semillero de esclavos para suplir la mano de obra que el proletariado había abandonado. Así comenzó la esclavitud en la alta guajira, que fue superada en la mitad de los años treinta del siglo XX