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Mié, Jun

Educación, el motor clave para una caída de la Pobreza multidimensional en Colombia

Más niñas y niños están en las aulas aprendiendo, un avance que refleja mejores oportunidades para sus familias.

Nacional
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La mejora en tres indicadores educativos fue clave: el rezago escolar cayó 2,3 puntos porcentuales, el bajo logro educativo bajó 1,1 puntos; y la inasistencia escolar descendió, por primera vez desde que se tiene registro, a niveles inferiores al 2%.

El Ministerio de Educación Nacional celebra los resultados del Índice de Pobreza Multidimensional 2024 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística que revelan una importante disminución de la pobreza multidimensional en el país. En este avance, la educación jugó un papel fundamental.

El Índice de Pobreza Multidimensional analiza el bienestar de los hogares colombianos desde varios ámbitos de la vida, más allá de su ingreso económico. En particular, utiliza 15 indicadores relacionados con áreas como educación, condiciones de la niñez, salud, trabajo y vivienda.

En 2024, la pobreza multidimensional se ubicó en 11,5%, una reducción de 0,6 puntos porcentuales frente al 12,1% registrado en 2023. Tres indicadores clave de la educación fueron los que más aportaron a esta mejora: el rezago escolar, la asistencia escolar y el bajo logro educativo.

“Este resultado positivo demuestra que los esfuerzos y las políticas en materia educativa del Gobierno del Cambio están teniendo impacto en el bienestar de los colombianos”, señaló el ministro Daniel Rojas Medellín.


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El rezago escolar, (que evalúa si los hogares colombianos cuentan con al menos una niña, niño o adolescente entre 7 y 17 años con menos años de estudio de los que debería tener según su edad), cayó 2,3 puntos porcentuales; del 24,3% al 22%. Fue la mayor disminución entre todos los indicadores del índice en 2024, y también la mayor reducción de este indicador en los últimos años, lo que refleja avances en acceso y permanencia en el sistema educativo.

Por su parte, la inasistencia escolar, que identifica si en los hogares hay por lo menos un menor entre 6 y 16 años que no está estudiando, también mostró una mejora: pasó del 2,3% en 2023 al 1,8% en 2024. Por primera vez, desde que se tiene registro, se ubicó por debajo del 2%. Es decir, más niñas y niños estuvieron en las aulas, aprendiendo y disfrutando de su educación.

Otro resultado importante fue la disminución del indicador de bajo logro educativo, que mide si las personas mayores de 15 años en un hogar tienen, en promedio, menos de 9 años de escolaridad. Este indicador bajó del 39,4% al 38,3% en 2024, lo que representa una reducción de 1,1 puntos porcentuales. Esta fue la segunda mayor caída entre todos los indicadores del índice, y refleja avances en la calidad de la educación básica, y el acceso y permanencia en los niveles de educación media y superior.

Un dato adicional relevante: en las zonas rurales del país, los indicadores de bajo logro educativo y analfabetismo mostraron avances significativos, con reducciones superiores al promedio nacional. El primero cayó en 1,9 puntos porcentuales y el segundo en 0,9 puntos, lo que reafirma la tendencia positiva en los logros educativos y el cierre de brechas territoriales.

De esta manera, el Gobierno del Cambio a través del Ministerio de Educación seguirá comprometido con trabajar por garantizar infraestructura educativa, llevar alimentación escolar de calidad a los territorios y seguir impulsando la formación integral y los centros de interés, donde los estudiantes encuentren motivación por aprender, disfrutar y permanecer más tiempo en la escuela.


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