Un incendio forestal de gran magnitud consumió alrededor de 15 hectáreas de pastizales secos y matorrales en la zona rural del municipio de Fonseca. Según las primeras versiones, el fuego se originó por la quema de socolas, una práctica común en el campo para limpiar terrenos antes de sembrar cultivos de pan coger. Esta acción, que parecía rutinaria, terminó convirtiéndose en una emergencia de gran escala.
Las llamas avanzaron rápidamente debido a los fuertes vientos y alcanzaron la propiedad de David Fernández, ubicada cerca del balneario El Encanto, a unos 800 metros de la carretera que comunica a los corregimientos de Conejo y Cañaverales, en límites con el municipio de San Juan del Cesar. El Cuerpo de Bomberos de Fonseca llegó al lugar con equipos especiales y brigadas de combate, pero el fuego ya había arrasado una amplia franja de vegetación, obligando a que muchos animales huyeran de sus hábitats para escapar del peligro.
Los bomberos trabajaron durante horas para extinguir la emergencia y evitar que las llamas se extendieran a otras fincas cercanas. Las autoridades locales han reiterado el llamado a la comunidad campesina para que adopte prácticas seguras al preparar sus tierras y evite el uso del fuego como herramienta, una costumbre que en temporadas secas genera riesgos graves para el medio ambiente y la seguridad de las comunidades.

Otro incendio intimidó a pobladores de Albania
Días antes, otro incendio mantuvo en vilo a los habitantes; esta vez entre Cuestecitas y Albania, cuando las llamas se acercaron peligrosamente a la tubería de Gases de La Guajira que abastece con gas natural a varias poblaciones. Vecinos alertaron a los bomberos de Albania, quienes, según los testigos, no pudieron responder porque no tenían contrato vigente con el municipio. Esta inacción generó preocupación, pues el riesgo de una tragedia era inminente.
Afortunadamente, la emergencia no pasó a mayores gracias a que el terreno estaba parcialmente despejado y la maleza seca era escasa, lo que impidió que el fuego avanzara. Sin embargo, esta situación evidenció la vulnerabilidad de las comunidades ante la falta de recursos para atender emergencias y la necesidad de fortalecer los planes de prevención y respuesta rápida.