Las quejas son evidentes. La ciudadanía maicaera comenzó a protestar por los ensordecedores sistemas propagandísticos utilizados por algunos candidatos a la cámara e la Guajira, por los cuales muchos no votarán debido a que no los consideran consecuentes con el perjuicio que les ocasionan estos estridentes equipos rodantes que son usados para llamar la atención de los electores.
A estos bullosos vehículos con propaganda electoral, se suman quienes viven cerca de los locales escogidos como comandos o sedes políticas, tampoco tiene vida tranquila, pues allí, nadie se explica para qué utilizan unos descomunales altoparlantes para colocar músicas y jingles, como si eso les fuera a sumar adeptos. Esa estridencia también tiene con dolor de cabeza a más de un vecino en la población fronteriza.
No conforma con toda esta atrevida contaminación, caso en el cual la encargada del proteger el Medio Ambiente no dice ni hace nada, se agrega que los llamados pega-afiches, dando muestras de su total desconocimiento de las normas cívicas y muy distantes de las convenciones sociales dañan los motivos que las Juntas de Acción Comunal colocan en los postes tapando también con propaganda política (no pagada) los trabajos hechos para embellecer las avenidas de la ciudad.
Las quejas son evidentes. La ciudadanía maicaera comenzó a protestar por los ensordecedores sistemas propagandísticos utilizados por algunos candidatos a la cámara e la Guajira, por los cuales muchos no votarán debido a que no los consideran consecuentes con el perjuicio que les ocasionan estos estridentes equipos rodantes que son usados para llamar la atención de los electores.