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Mar, Abr

Primero debe cumplir

Editorial
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El regreso de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, IDH, propuesto por el presidente colombiano, Gustavo Petro, sería un paso en la dirección correcta, pero, requeriría de un compromiso real por parte de los líderes de la nación caribeña.

La vicepresidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, Esmeralda Arosemena, ve "posible" el eventual regreso del país, pero subraya que se necesita de la voluntad del actual gobierno para llegar ahí.

Que Venezuela pusiera fin en 2012 a su vínculo con el Sistema IDH no quiere decir que no haya vuelta atrás; se puede hacer un trabajo de reconocimiento de esa institucionalidad que en su momento rompió. Petro abogó en Washington frente al Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos, OEA, por esa vuelta y aseguró en declaraciones que el Gobierno de Nicolás Maduro quiere hacerlo.

El pasado noviembre, Maduro dijo que estaba evaluando con mucha seriedad la propuesta de su homólogo colombiano de formar parte nuevamente del Sistema IDH, pese a que opina que está permeado de intereses imperialistas de Estados Unidos. La salida de Venezuela se produjo cuando en 2012, bajo el gobierno de Hugo Chávez, el país denunció la Convención Americana de Derechos Humanos, CADH, que originó ese Sistema, acusándola de ser un brazo del imperio de EE.UU. y de sabotear a los gobiernos progresistas.

La respuesta a lo anterior es que solo se necesita una manifestación de voluntad de Maduro para restablecer los vínculos con la OEA y con el Sistema IDH, que está integrado por la CIDH y por la Corte IDH. Tanto la Comisión como la Corte son los órganos encargados de hacer cumplir la Convención Americana de Derechos Humanos, CADH, que se firmó en 1969 y está ratificada por 23 países. La Comisión elabora informes y da recomendaciones a los gobiernos sobre los derechos incluidos en esa convención, y la corte emite sentencias y tiene una función jurídica.

Hasta ese eventual regreso, el trabajo de la Comisión está centrado de momento en conectar con organizaciones de la sociedad civil venezolana. Venezuela tiene una situación particular y a pesar de estos desafíos se han establecido un mecanismo especial de seguimiento para poder estar en contacto con la sociedad.

Una serie de países, incluyendo Estados Unidos, han expresado su negativa a que países como Venezuela, Cuba o Nicaragua vuelvan a formar parte del Sistema IDH. Además, el único impedimento al respecto debería ser la voluntad de los dirigentes de las naciones que se han alejado de la organización.

Lo democrático es la participación, la posibilidad de tener opinión pública y el reconocimiento de que hay distintas posiciones. Eso es lo que bastaría para que estos países puedan entrar. Reflejo de la distancia existente es la negativa que el Gobierno venezolano dio a una visita de la CIDH a Venezuela en 2020, cuando ésta había sido invitada al país a petición de un representante del líder opositor Juan Guaidó.

Un reintegro de Venezuela al Sistema IDH sería beneficioso, siempre y cuando el país cumpla con las recomendaciones de la CIDH. Si es cierto que Petro ha logrado ese compromiso, es una acción y un paso en la dirección correcta, en busca de la democracia. Lo más importante sería que en cuanto se pueda formalizar el reintegro haya un compromiso real con el cumplimiento de las recomendaciones y las sentencias que se emitan sobre Venezuela.

La situación en Venezuela es dramática y todas las acciones regionales deben buscar mejorar las condiciones actuales de todos los campos. En principio la idea está bien, siempre y cuando el propósito sea que Venezuela empiece a cumplir sus obligaciones, ya que el eventual retorno sería una noticia muy importante para restituir al pueblo venezolano, de manera incuestionable, la cobertura protectora de las normas interamericanas de DH.





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