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Vie, Dic

Columnas de Opinión

La campaña que apenas comienza ya huele a farsa. Detrás de cada alianza “histórica” lo que veo es cálculo frío, pactos de conveniencia y listas armadas como si el Congreso fuera una agencia de empleo para reciclar caciques electorales.

Hace pocos días, el Consejo de Estado reiteró que el proceso de elección del Rector de la Universidad Nacional concluyó con la designación de José Ismael Peña. El Consejo Superior Universitario debe restituir en ese cargo al Rector, sin dilaciones. Quedó expuesta la acción de un Gobierno que ha convertido la autonomía universitaria en un campo para sus ambiciones y politiquería.

Como se recordará, esta vez, a diferencia de lo acaecido en 2024, el Congreso de la República aprobó el proyecto de ley del Presupuesto General de la Nación (PGN) para la vigencia de 2026, evitando así el decretazo con el que amenazaba el ejecutivo para su expedición, como ocurrió con el PGN de la actual vigencia. El monto original propuesto por el Ministro de Hacienda Germán Ávila fue de $556.9 billones, pero al final se aprobó por parte del Congreso $546.9 billones, luego de que el Ministro Ávila, ante su reticencia, accediera a reducirlo en $10 billones. De esta manera, el desfinanciamiento del presupuesto calculado en $26.3 billones, aunque para el Comité independiente de la Regla fiscal (CIRF) superaba los $40 billones, se tornaba en los $16.3 billones.

“Yo soy Cabal”, así tituló María Fernanda, mi esposa y compañera de 40 años de ideas y propósitos, el libro que lanzó con un éxito que no me sorprendió, pero si me emocionó sentir el entusiasmo de tantas personas queriendo conocer más de ella.

Cabal es su apellido, pero lo que expresa en su libro, donde desentraña su pasado, sus luchas, sus alegrías y agobios, y sus expectativas frente a un país que no resiste más violencia, corrupción y desorden, es que ella no es Cabal solo de apellido, sino que, por formación y convicción, lo es también de principios; cabal en los significados del diccionario: integridad, honradez, rectitud…

Dirán mis lectores –y es cierto, pues yo también soy Cabal– que son palabras surgidas de la mutua admiración, que además hemos confesado públicamente, como nuestras diferencias, más en lo político que en lo personal, aunque ella se adentre en ese campo que defendemos como privado, pero que dice mucho de lo que somos. Sin embargo, el país sabe que, desde su aparición en el ambiente público y enrarecido de la política, María Fernanda ha demostrado que otra forma de hacerla en Colombia es posible. No en vano su libro comienza con su ruptura con “lo políticamente correcto”.

Invito a mis lectores a conocer a la persona descomplicada que está detrás de una imagen aguerrida –que lo es–, y además estigmatizada por las narrativas de la izquierda, en un libro intimista en sus recuerdos, reflexivo en sus angustias por Colombia y vertical en la defensa de sus convicciones, que se han ido amojonando a lo largo de un camino que hemos andado juntos hasta un espacio político –la derecha–, en el que hoy es precandidata presidencial por el partido Centro Democrático.

¿Qué es la derecha para “La Cabal”? Es la expresión de los lemas nuestro escudo. Es la Libertad y el Orden, pero, sin pretender cambiar el escudo, es el Orden primero, porque la libertad sin orden es libertinaje y caos.

De ahí una de sus consignas: “Voy a poner orden en la casa”; a llamar las cosas por su nombre y a ponerlas en su sitio. No más embajadas, consejerías y ministerios innecesarios, ni más activistas en cargos estratégicos. El Estado debe volver al tamaño necesario y la meritocracia a un lugar de privilegio.

El Orden es hijo de la Seguridad, y esta lo es de una Fuerza Pública que persiga al delincuente y una justicia que lo castigue. No más diálogos, dizque “de paz”, con criminales confesos y reincidentes. La paz la construimos entre todos cuando la autoridad, la justicia, y un gobierno decente restituyan el orden.

Sí. El Orden primero, como único camino hacia la verdadera Libertad: libertad de pensar y expresarse; de emprender y generar riqueza individual y social…; libertad de ser en un entorno de respeto por la libertad de los demás.

“Yo soy Cabal”, un libro que recoge la historia de la vida y las ideas de una mujer que no promete…, que se compromete con Colombia.

Que tener un buen Congreso es tan importante como elegir un Presidente eficaz y serio lo hicieron evidente las tentaciones autoritarias de Petro y su nefasto gobierno.

Así como las Cortes han cumplido un papel fundamental en la defensa de la Constitución y la ley y en investigar y juzgar a los funcionarios con fuero, el Congreso le ha puesto freno al grueso de los desvaríos legislativos de la izquierda que mal gobierna y roba desaforadamente en este gobierno y ha hecho alguna tarea de control político, aunque no tan juiciosa y efectiva como fuera deseable.

Es verdad que hubo parlamentarios que se vendieron por algunos contratos y unos miles de millones al gobierno, que no dudó en montar una pestilente operación de saqueo de la UNGRD y otras entidades con ese propósito, y que partidos como el Liberal y el Conservador le jugaron a Petro al inicio de la legislatura. Pero no es menos cierto que ambos partidos se fueron desmarcando en la medida en que se hicieron inocultables los muchos errores y horrores del gobierno. El expresidente Gaviria neutralizó el motín que desde el gobierno promovieron para apropiarse del partido y asumió una postura de oposición frontal. Efraín Cepeda jugó un papel fundamental durante su presidencia del Senado. Con todo, esos partidos están fraccionados y algunos de sus parlamentarios siguen jugándole al gobierno.

También es cierto que el único partido consistente y sólido en hacer oposición a Petro ha sido el Centro Democrático. Sin ambigüedades, sin esguinces, sin fracturas, con argumentos, la bancada del CD ha asumido las banderas de la oposición. La defensa de la democracia y de las libertades encontró su voz en los senadores y representantes del CD.

Si este Congreso ha sido muy importante para la preservación del estado de derecho y para contener en algo el daño que hace el petrismo, el próximo Congreso será vital. Y lo será tanto si el Presidente que llega es un demócrata como si fuera Cepeda, no lo quiera la mayoría. Cepeda, formado en la línea dura del partido Comunista y familiarmente cercano a las Farc, es mucho más radical que Petro y, él sí, inteligente y metódico. Con cuatro años más de izquierda en el gobierno los males serían incalculables y el riesgo de perder la democracia una certeza.

En la próxima legislatura los demócratas debemos contar con una mayoría amplia y suficiente, que nos evite el peligro de quedar en manos de algunos mercenarios, siempre gobiernistas que, al estilo de Roy y Benedetti, están con cualquiera que ocupe la Casa de Nariño y cambian de ideas como de ropa interior. Al servicio de sus intereses personales y no de los de la Nación, se venden por tres puestos, unos contratos y algunos millones. Si con esos mercaderes de la política la izquierda hace mayoría, perderemos el país.

Necesitamos, en cambio, parlamentarios bien formados, ideológicamente sólidos y consistentes, honrados y transparentes. Y con temple, que se necesitará y mucho tanto para encarar la reconstrucción del país que nos dejan en ruinas y devolverle la esperanza a los colombianos, como para hacer control político y servir de freno y contrapeso a una Presidencia excesiva y que tiene demasiada capacidad de hacer daño.

El próximo Congreso debe legislar en asuntos que van desde reconstruir los aparatos de inteligencia e impedir su abuso gubernamental como aparatos de policía política hasta devolverle a los colombianos un sistema de salud eficiente y con acceso ágil y oportuno a médicos, medicamentos y tratamientos y encarar una reforma tributaria que disminuya el gasto y alivie los bolsillos de los ciudadanos, entre otros proyectos prioritarios.

Ese Congreso, además, tiene que abordar también la reforma del sistema de investigación y juzgamiento del Presidente. La Comisión de Acusaciones es una absoluta vergüenza.

El Centro Democrático, su comité de notables, su director Gabriel Vallejo y el presidente Uribe, me han ofrecido el segundo renglón en su lista para Senado. Un honor y un gesto de confianza que agradezco y he aceptado. Es momento de servir a la Patria con carácter, generosidad y disciplina.