En tiempos de incertidumbre institucional no es infrecuente que la ciudadanía en general se pregunte, angustiada, si será que se volverá a estadios evolutivos como sociedad en los que la que se impone es la voluntad de un reducido grupo de personas que previamente han logrado hacerse formal y materialmente con el dominio de las entidades públicas decisoras de la vida social. Así, no es nada raro que la gente se preocupe actualmente por lo que va a pasar en un país en el que, del presidente de la República para abajo, a diario se golpea, manipula, tergiversa y a veces francamente se ignora al Estado de derecho. En la historia de Colombia ha habido momentos de zozobra, claro, pero ella siempre ha provenido de los enemigos de la sociedad, no del Gobierno mismo.