El Clan del Golfo tiene presencia e influencia en 24 de los 32 departamentos de Colombia, estructuras armadas que se han fortalecido en las zonas abandonadas por las antiguas Farc regiones en donde a diario se vive la violencia en su máxima interpretación, lamentablemente.
Esta situación parece ajena al gobierno nacional, ya que bajo el paraguas de paz total, pareciera que solo se acoge al grupo guerrillero de Ejercito de Liberación Nacional, Eln, que actúa a sus “anchas y panchas” en el territorio nacional, en donde hace presencia hasta en desfiles militares, burlándose del gobierno y de la institucionalidad, sin ninguna clase de reparos, lo que la ciudadanía ve con tristeza y grima, añorando los tiempos en que la institucionalidad era respetada.
Este violentos, que es el grupo armado con mayor presencia e influencia sobre el territorio nacional que son las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, Agc, Clan del Golfo, delinque y tiene injerencia en 24 departamentos y 392 municipios, obligando a los alcaldes de estas localidades a gobernar con miedo y recelo, ante las constantes amenazas a que son sometidos por estos guerrilleros, que se aprovechan de la indefensión de los colombianos, para cometer toda clase de delitos, todos contra la población civil indefensa.
En el segundo lugar de esta lista sangrienta, está la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, Eln, con presencia en 19 departamentos y 224 municipios; de manera concreta, en todo el corredor de la frontera con Venezuela, como también en buena parte del Pacífico. En este corredor sangriento cuentan con el apoyo del gobierno de Nicolás Maduro, que le ha dado refugio a los bandidos para que sigan delinquiendo; el territorio fronterizo con el hermano país de Venezuela, es todo un campo minado de terror y pavor.
Entre tanto, el Estado Mayor Central, Emc, principal disidencia de las Farc liderada por Néstor Gregorio Vera Fernández, alias "Iván Mordisco", hace presencia en 18 departamentos y 180 municipios del suroeste del país, la Amazonía y algunos territorios cercanos a la frontera con Venezuela; aún así, como todo el prontuario delictivo que tiene la oportunidad de convertirse en gestor de paz, para evadir la responsabilidad de pagar por los crímenes que ha cometido.
En cuarto lugar están las disidencias de las Farc denominadas “Segunda Marquetalia”, grupo que delinque en 14 departamentos y 69 municipios; particularmente, en el suroeste del país, aunque tiene injerencia en Cundinamarca, Antioquia, Bolívar, Norte de Santander, La Guajira y Guainía. En Colombia también hay grupos de crimen organizado con alcance territorial, que son utilizados por los grupos armados ilegales mediante encadenamientos delictivos, a través de la subcontratación o tercerización de acciones criminales; igualmente, se ha identificado presencia y operación de grupos de crimen organizado transnacional.
El gobierno tiene una tarea de primera línea por resolver, para poder enfrentarlos, se requieren gobiernos regionales fortalecidos y un gobierno nacional comprometido con la seguridad en los territorios y la protección de las comunidades y autoridades legitimante conformadas, que son las más vulnerables, para que los alcaldes y gobernadores no continúen siendo atemorizados por los irracionales.
Hay que mirar lo que se avecina; las advertencias sobre alteraciones de orden público de cara a las elecciones de octubre próximo, están dadas y son una alarma permanente. Los grupos armados no pueden seguir ganando terreno, no pueden continuar imponiendo su ley y mucho menos, arrodillar al Estado. Estamos en un momento crítico en el que no se puedes permitir que los violentos influyan con las armas en nuestra democracia.
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