En días pasados se produjo en Colombia un hecho insólito y repudiable contra la libertad de prensa acaecido en las instalaciones de la revista Semana, cuándo la guardia indígena entró por la fuerza, agrediendo a un vigilante y rompiendo los vidrios de entrada.
Los agresores se sentían respaldados y auspiciados por el mismo gobierno del presidente Petro, dado que él mismo en múltiples ocasiones se había referido a las mentiras de ese órgano de difusión con respecto al ejercicio de su mandato.
Pero lo único que ha hecho Semana es contar la realidad como le corresponde y como es debido. Gracias a sus informaciones ciertas los colombianos hemos podido conocer todas las corrupciones por doquier, escándalos sin medida y abusos permanentes desde el propio presidente pasando por la primera Dama e incluyendo a su hijo, sus ministros y funcionarios. A propósito del tema el ex presidente Pastrana expresó: “es el gobierno más corrupto de la historia de Colombia”.
No podemos dudar de que su directora Vicky Dávila, es una mujer respetable y respetada, valiente, de personalidad, inteligente, con buen criterio, que se ha abierto camino merced a su encomiable trabajo periodístico; se está enfrentando a este gobierno con juego limpio, actitud firme, abiertamente resuelta esto es de una sola pieza en defensa justamente de la libertad de prensa.
Nos solidarizamos con ella y le manifestamos de que rechazamos ese acto grotesco y violento contra la revista que tiene a bien dirigir y contra ella misma por cuanto los gritos de los cobardes representantes de las mingas hacían alusión a su nombre. Le enviamos un saludo afectuoso y sincero de colegas; ahora, más que nunca, puede tener la seguridad de que cuenta con nuestro verdadero e incondicional apoyo.
El artículo 20 de nuestra Carta Magna consagra la libertad de prensa. “Toda acción dirigida a silenciar los medios de comunicación pone en riesgo la democracia del país y evidencia la intención de coartar la libre expresión”. Existe por ende una garantía para la libertad de expresión, la difusión de los pensamientos, opiniones, y, se pueden fundar medios masivos de comunicación siempre y cuando informen y reciban información veraz e imparcial.
En este 2023 se celebró el 30 aniversario del día mundial de la libertad de prensa. Han sido seis lustros de avances significativos con miras a obtener una prensa libre y una libertad de expresión en todo el orbe; igualmente, el artículo 19 de la declaración universal de los derechos humanos hace referencia a la libertad de expresión como requisito previo para el disfrute de todos los demás derechos humanos.
Es más, se pone de manifiesto el hecho de que un medio de comunicación no puede ser molestado a causa de sus opiniones habida cuenta de que se consideraría como una limitación de la información.
El portugués Antonio Gutérrez, Secretario General de la ONU, señala que no debe haber más amenazas y ataques a la prensa ni periodistas encarcelados por hacer su trabajo y dijo claramente: “no más agresiones a la verdad y a quienes la proclaman”.
El cambio del cual se ufana el presidente Petro es su comportamiento antidemocrático como el que se exhibe en los regímenes totalitarios el cual nunca se percibió entre nuestros jefes de Estado democráticos. Por el contrario, pregonaban el respeto a los periodistas y a los medios de comunicación hablados, escritos y televisivos; aceptaban sus críticas y gozaba ciertamente de independencia total en materia periodística.
Pero lo peor de todo es que la Ministra de Trabajo dio declaraciones en las cuales justifica este atentado a la libertad de prensa, argumentando absurdamente de que los comentarios incendiarios de la revista contra el gobierno, dieron origen a esas protestas violentas de las mingas, careciendo de veracidad sus afirmaciones.
A su turno el presidente Petro en tono descompuesto, bravucón, altanero e irrespetuoso dedicó trinos y discursos contra la prensa libre los cuales rechazamos con vehemencia y en forma categórica. Un primer mandatario no puede ni debe salirse de casillas. Sus emociones las debe controlar y moderar.
Está actuando como un verdadero tirano de República bananera. El mismo lenguaje pendenciero, desafiante y grosero al estilo de Castro, Chávez u Ortega. No más diatribas. Le pedimos mesura, prudencia y compostura al señor presidente. La prensa es sagrada.
Nuestro pueblo está en la obligación de saber lo que está pasando en el país. Sentimos mucho pero no callaremos nuestras voces. Nuestro deber es informar veraz y objetivamente. La verdad ante todo y, sobre todo. El bastión de la salud democrática es la libertad de prensa.
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