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Jue, May

Se ahonda la crisis diplomática

Editorial
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Con el paso del tiempo, se sigue agudizando la crisis en el país, gracias a la postura del presidente Gustavo Petro; la guerra entre Israel y las milicias palestinas de Gaza ha causado impacto en Colombia, a miles de kilómetros de distancia, por el enfrentamiento verbal entre el presidente Gustavo Petro y el Gobierno israelí, una crisis que ha puesto a tambalear las relaciones entre los dos países.

Desde el ataque de Hamás del 7 de octubre, y la reacción de Israel, con bombardeos a la Franja de Gaza, Petro convirtió X (antes Twitter) en una tribuna desde la que critica a diario al Estado israelí acusándolo de genocidio y barbarie, e incluso comparándolo con los nazis, y a Gaza con el campo de concentración de Auschwitz, pero sin condenar explícitamente el terrorismo del grupo palestino.

Israel respondió  a las declaraciones hostiles y antisemitas de Petro con el anuncio de la suspensión de las exportaciones de seguridad a Colombia, país con el que hasta ahora había tenido una excelente relación política y comercial y al que suministra material militar como aviones, helicópteros, pistolas, piezas y accesorios de armas y equipos de tecnología satelital, entre otros.

De inmediato, el presidente amenazó: "Si hay que suspender relaciones exteriores con Israel las suspendemos", y este lunes su canciller fue más lejos al instar al embajador de Israel, Gali Dagan, a "mínimo pedir excusas e irse" del país, tras acusarlo de "patanería insensata".

En medio de este cruce de palabras, el presidente Gustavo Petro dejó plantado a los ciudadanos del Chocó y se excusó de no asistir a un acto en ese departamento porque estaba más pendiente de las relaciones diplomáticas e internacionales del país. El manejo que Petro le está dando a la relación con Israel es muy lamentable y demuestra que el Gobierno tiene dos problemas grandes: la pérdida de la institucionalidad y el desconocimiento del derecho internacional humanitario al condenar la violencia de Israel, pero no el terrorismo de Hamás.

Al presidente claramente le sobran el canciller y la Cancillería, lo que hemos visto en redes sociales son sus opiniones personales, está opinando como Gustavo Petro y no como el presidente de Colombia que tiene que adoptar posiciones en función del interés nacional y de encontrar las mejores formas de evitar que la población civil sufra en este conflicto.

Siendo Colombia un país que siempre ha adoptado posiciones en favor del cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas y del derecho internacional humanitario, esta vez el presidente se dedicó a cuestionar el comportamiento de una de las partes en conflicto sin decir que Hamás también había cometido delitos de lesa humanidad contra la población civil; nunca se había adoptado una posición de esa naturaleza. Esa opinión es compartida por distintos sectores de la sociedad colombiana que consideran que en el manejo de las relaciones exteriores el presidente debe actuar con prudencia y ecuanimidad.

A leguas se ve un tratamiento sesgado, deliberadamente unilateral e insostenible de parte de Petro al condenar los ataques de Israel en Gaza y omitir la arremetida terrorista contra Israel, incluyendo también población civil. Lo que sí es verdad, es lo dicho por Petro porque es coherente con la postura histórica del progresismo en Colombia frente a la causa palestina y con la urgencia del momento porque el Gobierno entiende que se está cometiendo un genocidio y por eso reacciona en emergencia, por ello se debería corregir el tono, debería haber un tono más conciliador sobre todo con el mundo judío que en Colombia se siente afectado por estas declaraciones y porque temen, con justa causa, que haya manifestaciones subsecuentes de antisemitismo.

Petro, por su parte, volvió a la carga y tachó de ignorantes a quienes lo acusan de ser antisemita y de apoyar a Hamás, al tiempo que la oligarquía y la prensa que lo atacan de haber estado del lado de Hitler.

La tormenta, lejos de amainar, empeora con declaraciones como la del canciller Leyva, de sugerir que el embajador de Israel se vaya del país, ante lo cual el Gobierno debe aclarar si está expulsando formalmente al Embajador de Israel de Colombia o si esto es parte del delirio que inició el presidente

Es muy prematuro para saber si habrá finalmente una ruptura de relaciones con Israel y se espera que eso no suceda porque en este momento tanto Israel como Colombia tienen mejores cosas en qué ocuparse y no les conviene romper relaciones.

Israel es un importante socio comercial de Colombia, al que en 2021 exportó 115 millones de dólares no solo en productos de seguridad, ahora suspendidos, sino también en equipos de transmisión, pesticidas, instrumentos médicos, textiles, polímeros y maquinarias para diferentes sectores. Colombia, por su parte, exportó 325 millones de dólares, representados principalmente en briquetas de carbón, café y flores. El temor es que la crisis con Israel acabe repercutiendo en Estados Unidos y perjudique también la relación de Colombia con Washington.

El escandaloso pronunciamiento de Petro hacia Israel y su incapacidad de criticar el ataque terrorista de Hamás profundizará aún más la desconfianza entre la administración Biden y el presidente colombiano; la situación actual hará aún más difícil ver a Colombia bajo Petro como un socio serio.



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