El día 29 del mes en curso se celebran en Colombia las elecciones para gobernaciones, alcaldías, asambleas y concejos; se eligen gobernadores de cada departamento, alcaldes de cada capital y de los municipios y también los cuerpos corporativos de los departamentos y de las alcaldías respectivas.
El próximo domingo, se escogen a quienes dirigirán en los próximos cuatro años nuestras provincias con sus organismos legislativos; es, sin duda, el principal componente político de la República. Actualmente nuestras principales ciudades tienen burgomaestres de tendencias cercanas al actual gobierno y al igual que con el gobierno central han sido administraciones catastróficas.
Las mismas encuestas sobre Bogotá, Medellín y Cali, indican la alta desaprobación a la gestión de sus alcaldes ya que estas capitales retrocedieron en materia de obras públicas; en inseguridad; en corrupción que se disparó; en desorden administrativo inquietante; el transporte masivo colapsó, esto es haber llegado a una situación verdaderamente crítica, en síntesis, el populismo las absorbió. En consecuencia, los habitantes de estas urbes están dando un viraje de 180 grados hacia el centro derecha y por ende sus candidatos de conformidad con los sondeos serán los favorecidos en estas votaciones.
En Bogotá las encuestas señalan a Carlos Fernando Galán como ganador con un porcentaje amplio sobre el segundo Gustavo Bolívar del Pacto Histórico. Si hay lugar a una segunda vuelta los otros candidatos han manifestado la adhesión a Galán y de esta manera nadie duda de que el mandatario de la ciudad capital, será Galán.
En Medellín, la ventaja de Federico Gutiérrez es enorme con un 75% sobre el segundo candidato, Upegui, ficha del ex alcalde Quintero. En Cali se está afianzando la candidatura de Alejandro Eder con posibilidades de ser el vencedor dado que se encuentra en empate técnico con el “Chontico” Ortiz; al sumarse los otros candidatos a su candidatura su alcaldía podría estar asegurada.
En Barranquilla, Alex Char, no tiene contendor habida cuenta de que posee el 85% del electorado. Se beneficiará la ciudad pues en sus anteriores administraciones dejó obras de envergadura y realizaciones importantes reconocidas por los barranquilleros; tiene un gran prestigio.
Si estas ciudades quedan en manos de los políticos que hemos referenciado por lo menos se le da un golpe certero al señor presidente Petro, sobre todo en Bogotá, pues las entregas de mercado diario en los barrios del sur durante su alcaldía, le garantizaban una votación significativa a su favor.
La gente siente que el gobierno los está empobreciendo y engañando; las cifras registran diferencias siderales de los candidatos ganadores respecto al segundo en Bogotá, Medellín y Barranquilla. Eso cierra el paso al fraude con el actual registrador Vega experto en esa materia; empero su software de reconteo de los escrutinios lo ha perfeccionado.
Estas elecciones harán ver que el Pacto Histórico entró en caída libre; ha defraudado a sus mismos adeptos; quiere el presidente mostrar un liderazgo que no posee y se autoengaña, pero, desgraciadamente, su propósito de acabar con el país si lo ha logrado y sigue in crescendo.
Quienes se han favorecido son los bandidos de las Farc, del Eln y del Clan del Golfo, Se constituirán en sus aliados al igual que las guardias indígenas y las organizaciones campesinas y esa es la razón de ser de su proceso de paz.
Lo único cierto es que todas sus actuaciones y determinaciones internas e internacionales son absolutamente marxistas con las connotaciones de terrorista y guerrillero. En este año de desgobierno hemos dado marcha atrás en tal forma de que para recuperarnos y volver a la normalidad necesitamos 10 años. Imagínense el balance en tres años.
Ojalá la justicia funcione en el juicio en su contra, donde ingresaron palmariamente a su campaña dineros del narcotráfico y hubo violación flagrante de los topes electorales, dando como resultado que estamos ante un gobierno ilegítimo. Por tanto, nos salvaremos de 3 años más que nos dejarían en bancarrota y en las mismas condiciones de Venezuela. La situación que vivimos es peor y más grave que el proceso 8000 del expresidente Samper y en consecuencia, debe recibir su castigo.
Colombia no aguanta más el desbarajuste y el caos total. No es que la nación esté descuadernada como solía decir el extinto presidente Carlos Lleras; sino, que padecemos de un cáncer político que nos carcome y nos tiene en cuidados intensivos.
Nuestro presidente es un mitómano, narcisista, terco, con teorías absurdas que ni él mismo entiende. Tergiversa las realidades y falsea la historia; por consiguiente, no merece ningún respeto sino por el contrario nos sentimos avergonzados de tener el peor mandatario y el más corrupto de nuestra historia.